Capítulo 62 | Peligros en una noche de éxtasis

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¡Mis prohibid@s!, les comento que este capítulo cuenta con más de 8,000 palabras, lo que quiere decir que el capítulo está muy largo. Así que, les recomiendo leerlo en un tiempo libre donde no tengan prisa.

¡Bueno, ahora sí los dejo! Nos vemos al final del capítulo.

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CHIARA

─Hija, ¿por qué nos levantamos tan temprano? ─dice mi mamá.

Sonrió, saliendo de la casa y enganchada al brazo de mi mamá.

Como aún es muy tempranito, las dos estamos abrigadas con nuestras mantitas.

Karen, mi papá y el señor Alonso nos miran, y yo brinco emocionada.

─Oh my god! ─dice mi mamá, y juntas nos acercamos al moderno auto rojo de lunas polarizadas.

Karen y yo nos abrazamos emocionadas y evitamos gritar.

Observo a mi mamá y la encuentro acariciando el capó del auto.

─¿Madison sigue durmiendo? ─dice Karen.

Yo asiento con mi cabeza, y ella choca sus palmas sin hacer mucho ruido.

De pronto, mi mamá empieza a halagar el coche en inglés, y eso me hace reír.

Ya la extrañaba muchísimo.

Ella llegó el domingo en la tarde, y desde el lunes hemos estado muy pegadas.

Hemos pasado lindos momentos con Madison, Karen y mi papá.

No solo con ellos, sino también con mis compañeros de la universidad.

Ayer, martes, mi mamá fue a recogerme a la universidad para ir a almorzar juntas. Ella aprovechó en invitar a Rita y a mis...

Vamos, Chiarita. No sientas miedo a aceptarlos en tu vida.

Sí, tienes razón.

También invitamos a Leonel, Julieta y Manuel, mis compañeros más cercanos y a con quienes ya me estoy encariñando. Aunque, no me molesta, pues ellos con sus acciones han provocado que los aprecie.

Madison, Daniela y Simón no pudieron venir con nosotros, porque tenían clase a la 1:15 pm. Así que, optaron por comer en la universidad.

Yo también tenía clases, pero estas todavía empezaban a las 3 pm. Así que, con mucha penita me despedí de mi novia, y luego me fui a comer con mi mamá y mis amigos a un restaurante del centro comercial más cercano.

Fue un almuerzo muy agradable. Mis amigos se portaron muy amables con mi mamá, y a ella les cayó súper bien cada uno de ellos.

No olvidaré que anoche, antes de ir a dormir, mi mamá me pidió que no me negara a hacer nuevos amigos solo porque otros no supieron valorar mi amistad, y mirándola en este momento, sonrío por ese pequeño recuerdo.

Durante estos días, mi mamá y mi papá se han encargado de hacerme vivir momentos muy lindos.

Cómo olvidar que ambos se encuentran felices, porque estoy llevando el taller de literatura. Ellos, desde el primer momento que se enteraron de mi gusto por la escritura, me apoyaron con la idea que querer trabajar en un lugar rodeado de libros.

─Ya llamaré a Madison para que baje ─dice el señor Alonso, tan de repente, y le pongo atención.

Veo que saca su celular de su bolsillo y me emociono cuando se lo lleva a la oreja.

Dos algodones de azúcar sabor a... ¿prohibido?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora