Dos algodones de azúcar sabor a... ¿prohibido?

Capítulo 26 | Secreto bajo llave

"¡No sigas, Chiara!", es la frase que la detiene inmediatamente. Esa orden es la pared con la choca su corazón.

"No quiero irme con ellos. Quiero estar con ella", piensa Chiara cuando Madison le pide a Javier llevarla a ella y a Fabián a casa.

Madison sigue su camino sin mirar atrás, y aunque Chiara la llame varias veces, Madison ignora con dolor cada una de ellas. Con mucha preocupación, Chiara ve la camioneta de Karen marcharse del lugar.

Inmediatamente, Chiara le pide a Javier seguirla para no dejarla sola. Sin embargo, él le dice que lo mejor es llevarla a casa. Chiara solloza con fuerza al sentir ese dolor en su pecho.

Vio el miedo en los ojos de Madison, y no puede dejar de pensar en ello. 

Lo que acaba de suceder en el juego ha dejado muy impactada a Chiara. Sin embargo, siempre irá atrás de Madison sin importar qué, y más si la ve afectada.

Fabián abraza a Chiara y le pide subir al auto de Javier. Con la angustia implantada en su corazón, ella decide regresar a casa con Javier y Fabián. Mientras tanto, Madison llama a su padre y entre sollozos le dice que irá a su casa.

Alonso no demora en preocuparse y se imagina varias desgracias. Bombardea a su hija de preguntas, y ella solo le responde: "Chiara ya lo sabe". Transcurren aproximadamente media hora, y Alonso siente una tranquilidad en su corazón cuando la camioneta de Karen se estaciona frente a él. Sin embargo, aquella tranquilidad se esfuma al ver a su hija bajar del auto muy afligida.

Madison corre a los brazos de su padre, y juntos entran a la casa. Alonso busca cesar las lágrimas de su hija con caricias en su cabeza, tal y como siempre lo ha hecho desde que la tuvo en sus brazos por primera vez.

Cuando Madison lograr calmar su llanto después de un largo tiempo, le cuenta a su padre todo lo que sucedió.

Madison desde un inicio jamás pensó en contarle a Chiara que ella es lesbiana. Sin embargo, tras esa amistad que han ido formando, Madison consideró que en algún momento podría contárselo, pero solo cuando ella lo decida, cuando ella se sienta lista.

Jamás imaginó que alguien de su pasado regresaría y terminaría exponiendo la verdad ante Chiara de una manera tan inesperada, sorpresiva y nada agradable.

Alonso jamás había escuchado a su hija hablar de Mabel. Así que, le pide platicarle sobre ella. Madison, sintiéndose muy en confianza con su padre, le cuenta sin más que ellas se acostaron varias veces en el pasado.

Mabel es la mujer que le enseñó muchas cosas en la intimidad.

—Fue mi primera vez —le dice Madison a su padre, y procede a contarle sobre esa amistad extraña que tuvieron.

Madison conoció a Mabel en la primera fiesta de Marco a la que fue invitada. No hablaron mucho esa primera noche, y solo con las miradas se sedujeron. Ambas se sintieron atraídas una por la otra, y en la segunda fiesta empezaron con los besos.

Madison ya había sentido ese deseo sexual por alguien en especial. Sin embargo, cuando lo sintió con Mabel fue muy distinto, porque con ella no sentía remordimiento al desearla. No lo sintió como con Chiara, a quien Madison había marcado como prohibida tras imaginarse besando su cuerpo y recorriendo con sus manos cada parte de su anatomía.

Mabel y Madison tenían en claro que lo suyo solo era sexo y nada más. Sin embargo, no tuvieron ningún problema en pasarse horas platicando después de acostarse o incluso antes.

Madison por un tiempo pensó en que podría llegar a sentir algo más por Mabel, pero todo pensamiento sobre ello desapareció, porque a pesar de tener a Mabel muy cerca de ella, Chiara seguía siendo ese ser que le aceleraba el pulso, hacía latir su corazón con tanta fuerza y despertaba sensaciones dulces y extrañas en su estómago.