Capítulo 53 | El dulce sabor de la culpa

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Llegó el momento de iniciar otro ciclo de la carrera universitaria en este mes de agosto. Por esa razón, Fabián, Madison, Chiara y Javier se encuentran súper apurados para asistir puntual a su primer día de clases.

En el ciclo anterior, ninguno había tenido clases a las 8:00 am. Sin embargo, este ciclo ha venido la tortura de levantarse súper temprano, y desayunar con la hora pisándoles los talones, debido a que el tráfico de Perú no ayuda en nada.

Este ciclo viene con todo, y los chicos tendrán que organizar muy bien su tiempo, debido a que Madison, Fabián y Daniela llevan clases virtuales de quechua dos veces por semana, mientras que Chiara esta semana también inicia con su taller de literatura.

Aunque sea modalidad virtual, las clases son remotas, duran dos horas y también son dos veces por semana, lo que significa inversión de tiempo.

—¡Chiara, se les hace tarde! —le dice Karen, pasando por su habitación.

—¡Ya salgo! —dice Chiara —. ¡Rayos! Me tiemblan las manos.

Chiara resopla al no poder abrocharse su collar de cuarzo.

—¿Chiara? —dice Madison, al abrir la puerta de su habitación—. Qué sucede, despistada.

Chiara se sienta en su cama y se toca la cabeza.

—Ni siquiera inicia mi primera clase y ya me siento agotada —dice Chiara.

Ella arruga la nariz al sentir pequeños dolores en la cabeza.

—Tranquila, mi despistada —. Madison le da varios besos en la cabeza, y Chiara sonríe —. Te traeré una pastilla.

—No te preocupes. Tengo una tableta en mi cajón —dice Chiara.

Ella se acerca a su mesita de noche y busca en el primer cajón.

Se lo toma con un gesto de disgusto, acompañado de agua.

Chiara toma aire con fuerza y mantiene los ojos cerrados, mientras intenta despejar su mente.

De pronto, siente a Madison detrás de ella. Chiara sonríe, mientras Madison pasa sus manos por su cuello y le coloca su collar de cuarzo, uno muy parecido al collar que Madison lleva puesto.

Si fue un regalo de su despistada, es obvio que lo llevará con ella a donde sea que vaya.

Madison la abraza, y esconde su rostro en el cuello de Chiara. Ella pasa saliva con dificultad cuando Madison empieza a dejar besos en esa parte de su cuerpo.

—Tu mamá podría entrar —le dice Chiara.

Madison cierra los ojos con fuerza, y con mucho esfuerzo se aleja de Chiara. Ella se da media vuelta y mira con pesar a Madison.

Mañana es 15 de agosto. Un 15 de cada mes significa algo especial.

—Mañana cumplimos cuatro meses de noviazgo —dice Madison, teniendo el corazón conmovido.

Su lado sensible siempre sale a flote cuando se pierde en los ojos esmeraldas de su despistada.

—Los mejores meses de mi vida —dice Chiara.

Ella se acerca a Madison y la abraza, enrollando sus manos en su cintura y recostando su cabeza en su pecho.

Madison también la enrolla en sus brazos y absorbe su perfume.

—El tiempo ha pasado muy rápido. —Chiara suelta un suspiro.

—Quisiera contárselo a nuestros padres —dice Madison.

Ambas se miran a los ojos, y las lágrimas se acumulan.

—Chiara... —Madison acurruca el rostro de su novia en sus manos —. Quiero hacer todo contigo sin tener que ocultarnos.

Dos algodones de azúcar sabor a... ¿prohibido?Where stories live. Discover now