Capítulo LXXIII: La dama del póker

1.1K 226 3
                                    

NARRADOR OMNISCIENTE

El hombre dio la señal y observó desde el monitor.

—Disculpe, esto es un área privada —dijo la chica en cuanto vio a un desconocido.

Él la ignoró y se dio paso a la nueva zona del banco que todavía estaba sin ser inaugurada.

—Mira, sal de aquí o llamo a seguridad —amenazó.

—¿Malena Splot? —giró y la miró.

—¿Tú quién eres?

La puerta se abrió y entraron cinco hombres más.

—Me manda el amo —dijo y la chica comprendió que el asunto podía acabar muy mal.

Intentó correr pero ya era tarde, le iban a dar una buena paliza.

—¿A dónde ha ido? —amenazó uno de ellos.

—No sé de quién me hablas.

—De la huérfana.

El amo apagó la pantalla del monitor. No le hacía falta presenciar la paliza que se ganó sin darse cuenta.

—No creo que ella tenga culpa —dijo Dos a sus espaldas.

—Me divierte advertir a la gente antes de matar, solo estoy jugando —lo miró —. Cuando desafías a un grande caen todos, tengan culpa o no.

—¿Pretende que encontremos a la huérfana?

—Parece la reina del problema y ya he dado una orden. Mejor retírate, aborrezco tu presencia en estos instantes.

—Permiso para volver a mi puesto.

—Permiso concedido, pero —continuó hablando antes de que dos saliera — vas a encargarte de lo último que hablamos.

—Pero amo... —fue interrumpido.

—Hasta nuevo aviso —el amo finalizó.

—¿Estimación?

—Dos semanas.

—¿Motivo?

—Por sus niñerías han permitido eso de ahí —señaló la pantalla apagada —. Si no fuera por esas idioteces la huérfana no hubiera escapado y esa amiga suya no estaría recibiendo tremenda paliza.

—Así será.

—Ahora retírate

—Como ordene, amo.

Dos salió y se alejó.

Llamó a uno y se aseguró de que nadie lo escuchaba.

¿Y esta sorpresa? habló uno.

—¿Dónde estás?

En un balneario con putas —dijo con sarcasmo —. ¿Dónde voy a estar? Trabajando.

—Te han retirado la misión O.E.C. por no estar cumpliendo.

¿Ha sido tres? —su voz reflejó molestia — Me va a escuchar.

—Ha sido el amo —se hizo silencio —. Al igual que a tres. Solo estoy activo hasta dentro de dos semanas en las tres divisiones.

¿Para eso me llamas? Te vas a acordar de esta. Tenías que ser tú, precisamente.

—Uno, escucha lo que te voy a decir... —nuevamente fue interrumpido.

—Mejor encárgate de la huérfana. No sea que Falsch y tú fracaseis en lo más fácil.

El secreto de los CliffortWhere stories live. Discover now