Capítulo XCIX: [Velada infernal]

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Pequeño aviso: recomiendo leer este capítulo recordando que en este lugar nada es muy común y lo que pasa es ficción.

Ya entenderán.

No sé si wattpad notificó del capítulo anterior. Mejor comprueben antes de seguir.

Adelante con la historia.

CAPÍTULO 99

DUSTIN

Lars hizo la estúpida reverencia que tanto odiaba.

—Deja de hacer eso, es absurdo viniendo de ti —me quejé.

—¿Y que me den una paliza, luego, por no saludar correctamente? No, gracias —se recompuso.

—¿Dónde estabas? Me he pasado la mitad de la fiesta de un lado a otro y no estabas.

—Buscaba a Regina, pero en vista de que no aparece y me he cansado, si mañana aparece muerta ya me preocuparé.

—Aparecerá antes de las campanadas, nadie se las salta.

—Si no lo hace no es mi asunto, le vendría bien dejar la estupidez a un lado, a veces ni yo la soporto.

—Por algo se habla con Meredith —ambos reímos.

—¿Ese no es Iván? —giré y vi al mencionado acercarse.

—No sé qué quiere, tampoco me interesa.

—Y menos después de la que le diste. Nunca te había visto tan molesto.

—Es... una larga historia.

—Dustin, amigo mío —Iván se puso delante e hizo la reverencia.

No lo dejé ponerse en pie, era una maldita basura e iba a tratarlo como tal.

—Quédate así —me miró esperando a escuchar un "es broma", pero al no obtenerlo no tuvo otra opción que obedecer —. ¿Qué quieres? Pensé que te había dejado las cosas muy claras.

—Venía a disculparme por el incidente del otro día.

—No es a mí a quien le debes una disculpa, aunque eso tampoco va a arreglar nada.

—Lo sé, pero vamos, somos amigos, no podemos enfadarnos por eso.

—Tú y yo no somos amigos.

—Mientras tú sigues con... esto... yo iré a por una copa —dijo Lars.

—No, quédate —dije —. Iván será muy amable y nos traerá una a cada uno, ¿verdad?

—Claro, no hay problema —se recompuso.

—¿Con qué permiso te has puesto en pie? —hablé.

Me miró con una sonrisa amplia que ocultaba las ganas que sentía de golpearme.

Volvió a su posición de la reverencia.

—Ahora sí, ve y no tardes, no falta mucho para las campanadas y no quiero tener la garganta seca.

—Vuelvo enseguida —nos miró y se fue.

—¿Qué ha sido eso? —Lars elevó una ceja — ¿Desde cuando eres tan... así?

—¿Se te olvida lo que pasó? Es un cabrón de mierda al que le trato como tal para que aprenda a respetar.

—No creo que sea la mejor manera, además, no eres así. Pareces una vaga sombra de tu familia.

El secreto de los CliffortWhere stories live. Discover now