Capítulo VI: Yiwéi ✔

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NERU

Tras un día horrible de instituto al fin podía salir del infierno estudiantil. Suficiente era escuchar como la mayoría se mofaba ante mí por saber seis idiomas de los que hoy tocan tres.

En la salida me encontré a Adela a unos metros y me acerqué a ella.

—Hola de nuevo —saludé.

—Hola —dijo de vuelta a modo de saludo.

Antes de decir algo Meredith pasó por nuestro lado.

—Date prisa, a Padre le gusta la puntualidad —habló con una falsa sonrisa en el rostro.

Adela se sorprendió y sus palabras me revelaron el porqué.

—¿Eres la nueva integrante de los Cliffort? —preguntó.

—Integrante con todo el significado de la palabra no, pero se podría decir que algo así.

—Debí de imaginarlo —murmuró —. Lo siento, no ha sido mi intención molestarte —dijo pasando por mi lado a punto de irse.

La detuve como impulso, no quería estar más tiempo sola en este lugar y ella había sido la única con más de una neurona que no se creía superior por la riqueza de su familia.

—No te vayas —pedí y la solté —. Que viva con ellos no significa nada —se giró —. Por lo que veo, para nadie es un misterio que se harán cargo de mí un tiempo.

—Los Cliffort son intocables —dijo y fruncí el ceño — y si vives bajo ese techo ahora todos los de este pueblo te considerarán como una.

—No exageres —negué —, además, eres la única que no me presume nada y que me mira como persona normal y no como vagabunda —comenté.

—¿De verdad no te importaría que te vieran conmigo? No lo tomes a mal, pero para nadie es una sorpresa que soy de ese sector que odia este estilo de vida y no te quiero involucrar en algún tipo de problema.

—¿Por qué? ¿Debería? —pregunté de vuelta — Que cada uno se fije en sus cosas —le resté importancia — Además, para problemas los de matemáticas, de los otros soy experta, vivo metida en ellos.

—Me agrada tu manera de ser —dijo con una media sonrisa.

—Tal vez nos llevemos bien —comenté esta vez sin seguirle la corriente como horas atrás.

—Eso espero —sonrió de lado.

Giré lentamente para ver a Dustin y Meredith entrando en el auto después de que Regina y aquel otro chico se fueran por su lado hablando.

—Tengo que irme —dije.

—¿Te paso mi número y estamos en contacto? —asentí.

Intercambiamos dicha información y cada una se fue por su lado.




JAYDEN

—Tenemos a alguien infiltrado, es la única explicación para que sepan cada puto paso que damos —soltó Hira y bebió el vaso con todo el contenido de whisky de golpe y rabia —. Esos hijos de puta juegan con nosotros como marionetas.

—Llevamos meses detrás de ellos —soltó Padre —, ¿cómo es que ninguno de nuestros hombres no ha sido capaz de encontrar a esos malnacidos?

—Sospecho que alguien con acceso a la información es quien se encarga de todo, será mejor usar a los mejores y más fieles y dejarse de exponer.

—Jayden —dijo Padre hacia mí —, ya sabes cuál es tu parte.

—¿Y Mutter, Mère y Madre? —cuestioné.

El secreto de los CliffortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora