El secreto de los Cliffort

Capítulo XLI: El rompecabezas

Antes de iniciar el capítulo quiero mandarle un fuerte saludo y agradecimiento a belukies por su apoyo y sus lindos mensajes. Recién lo leí justo cuando estaba a punto de actualizar, no olvides de sonreír.

Y a quienes leen esto también. Recuerda que si nadie te valora, yo sí.

CAPÍTULO 41

NERU

Dolor, sangre, dolor, ira, dolor, lágrimas, dolor... ¿qué sentía realmente en este momento?

¿Por qué estaba sumida en una extraña oscuridad sintiendo un intenso dolor físico como tiempo atrás no sentía?

—Neru —no identifiqué la voz del susurro.

¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿Qué está pasando? ¿Sigo con vida?

—Neru —aquel susurro lejano se hizo más cercano.

¿Neru? ¿Yo soy Neru? ¿Me están llamando? ¿Quién me llama?

—¡Trae a una enfermera! —escuché algo más cerca.

Papá siempre me decía que no me quería, que no era nada para él, que me iba a enviar con unos extraños un tiempo y luego acabaría recibiendo lo que nunca quiso que fuera para mí.

¿Quién era realmente mi padre?

¿Un contrabandista? ¿El hombre que me maltrató culpándome de la muerte de su mujer? ¿Un desconocido?

¿Quién soy realmente y por qué me siento perdida?

—¡Se nos va! —volví a escuchar en susurro.

A mi mente llegaron recuerdos de mi vida, nunca tuve una infancia normal, no tuve algo realmente de mi propiedad, hasta mi vida era controlada. Nunca había actuado por mi misma, ¿cómo es que seguía aquí? ¿Realmente quería estarlo?

—¡Vamos Neru! —volví a escuchar esta vez de lejos.

¿Neru? ¿Me llamo Neru? ¿Soy yo? ¿Por qué otro es confuso y me siento el reflejo de una desconocida?

Una vez me dijeron que no era nada ni nadie, que nunca llegaría a nada, que nadie me querría porque ni yo misma lo hacía.

Viví en medio de mentiras y lo seguía haciendo al vivir con unos desconocidos.

—¡Fuera! —volví a escuchar.

¿Fuera?

¿Hay alguien ahí fuera?

¿Por qué mi cuerpo volvía a estar tan cansado como aquella vez que casi muero cuando era más pequeña?

¿Por qué se siente tan parecido?

Dolor, miedo, dolor, temor, dolor, confusión, dolor... me estoy muriendo.

—¡Fuera! —volví a escuchar.

¿Qué me ataba a seguir aquí?

¿La familia que nunca tuve?

¿Un hombre hambriento de dinero?

¿Yo misma?

—¡Vamos, no nos podemos rendir!

Dolor, eso sentía al intentar abrir mis ojos y no conseguirlo.

Ella no te quiere.

Esa palabras no dejaban de resonar en mi cabeza.

Tenía que encontrar la salida a este juego antes de enloquecer, estaba comenzando a hacerlo y no me estaba dando cuenta.