Capítulo XXXVII: La llave

3.3K 412 26
                                    

MEREDITH

Seguía impaciente, Padre no estaba, pero Jayden sí. A él no le temblaba la mano a la hora de desquitarse.

Salí de mi habitación, al pasar por la de Neru escuché el estruendoso sonido de algo impactar contra el suelo.

¿Debía de entrar?

Normalmente no lo haría, pero la curiosidad podía más.

Abrí la puerta sin tocar, mi intención siempre iba ser joderle la vida a la estúpida de Neru.

Para mi sorpresa fue diferente lo que encontré. Estaba todo tirado por el suelo.

No había rastro de ella, la puerta de su cuarto de baño estaba cerrada, debía de estar dentro después de pegar tremendo portazo.

Me di el lujo de rebuscar entre sus cosas y echar un vistazo.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Angela.

Giré rápidamente en su dirección.

—A ti no te tengo que dar explicaciones.

—Claro que sí, estás en la habitación de una de mis mejores amigas —me miró en busca de explicaciones.

—He escuchado un ruido —dije sin darle importancia.

—He venido por lo mismo, pero tú no eres de las que curiosea sin motivo.

—No te soporto —pasé por su lado para irme.

—Fóllate a Jayden para que haga oídos sordos a lo que le has hecho a Neru —soltó con descaro —, para una cosa que se te da bien...

—No te atrevas a decir nada sobre lo que no sabes —salí de la habitación de Neru.

Angela me siguió.

—Te equivocas, sé más de ti que de mí. He vivido bajo tu sombra, bajo la sombra de la gran Meredith Cliffort, a la que supuestamente debía de seguir los pasos —dijo con asco.

—Ya es hora de que vayas volviendo por donde has venido, no sea que algo malo te pase —amenacé.

—A mí no me asustas —se cruzó de brazos —, ¿sabes por qué? —me miró con superioridad — Porque hay un pequeño secreto que no querrás que cuente a nadie —amenazó.

—Sorpréndeme.

—Meredith Cliffort —dijo mi nombre —, alias la malcriada, sabes que a mí me vale mierda la reputación que tenga quien sea, si tengo que decirte algo en la cara de idiota que tienes, lo haré sin problema.

—No te atrevas... —interrumpió.

—Si hay algo peor que te descubran teniendo sexo con Dustin o Jayden es que vean las cochinadas que te gustan —la miré amenazante —. Ni con eso eres disimulada —hizo una mueca de asco.

—No tienes pruebas.

—¿Qué pasaría si el viejo se entera de lo que su querida hija hace?

—Angela —dije en tono de advertencia —, no me busques porque te vas a arrepentir.

—Es fühlt sich an, cousin

—Como se te ocurra hacer algo te destruiré la vida más que cuando te enviamos a aquella institución para dementes —la desafié —. A Gasper le das igual, ¿pero a Josie? Sería una lástima que a ella le pasara algo también.

—Te odio —soltó y sonreí.

—No eres la única —me fui dejándola con la palabra en la boca.

El secreto de los CliffortWhere stories live. Discover now