Capítulo LXXVII: Choque contínuo

1.1K 193 10
                                    

NERU

Bajamos del taxi que tardamos tiempo en encontrar.

Estábamos a varios metros de llegar, al fin.

Recordé los teléfonos, algo tarde. Cuando Jayden preguntó me excusé diciendo que estaba destrozado y lo dejé donde lo encontré, si le decía que lo tenía yo probablemente pensaría cualquier tontería.

—¿Qué vas a hacer con Jummy? —preguntó.

—Rummy —corregí—. Haré que vuelva pronto. Tengo pensado hacer una visita al barrio.

—¿Cuándo?

—Si Rummy está aquí lo mejor sería volver que vaya en estos días.

—Lo que digas. Vete por aquí, ya sabes el camino.

Le di una última mirada y fui por el mismo camino que por donde salí, a diferencia de que ahora iba con Rummy y no con Markel, cosa que también tenía que solucionar porque técnicamente se había fugado por mi culpa.

—¿Dónde va esto? —preguntó mi acompañante.

—Vamos a... —traté de pensar — mi casa —dije para no dar explicaciones de la larga historia.

—¿Me quedo contigo?

—Te quedarás unos días. Luego será mejor que te vayas a un lugar más seguro, aquí no estás a salvo, todos tenemos enemigos y no voy a exponerte, no después de lo que ha pasado.

—¿Por qué?

—Porque te voy a cuidar.

—Los hermanos se cuidan mutuamente.

—Sé que es lo mejor para ti y si ya te he metido en esto solo me queda una alternativa.

—¿A qué te refieres? —mostró cierta confusión y duda.

—Antes de reunirme con todos salí de aquí con un niño, Markel. Lo envié al centro de rehabilitación donde me recuperé del primer accidente de coche que he sufrí. Allí hay protección y te enseñarán muchas cosas útiles en la vida, además de que por fin dejarás de meterte mierda.

—¿Y tú?

—Te iré a buscar cuando todo esté bien y nos iremos a algún sitio, porque créeme, en cualquier momento hago la maleta que hice para venir, solo que esta vez será para irme.

—Tú no debes estar sola si corres peligro.

—Tú eres el que no debe estar solo si hay peligro, pero no te voy a dejar a tu suerte. Esta vez si que iré a buscarte.

—Eso dijiste y no viniste hasta ayer —reclamó.

—Tal vez tarde pero iré a verte. Está algo lejos, pero lo haré.

—¿Donde está eso? ¿Qué es?

—Ya te lo he dicho.

—Pero no quiero.

—Markel, el niño que he enviado allí, necesitará ayuda. Es un algo tímido y en un lugar nuevo lo pasará mal. Pórtate bien con él, se fue confundido y sin entender nada. Tampoco pude explicarle nada.

—¿Quién hay allí? —continuó preguntando.

—¿Confías en mí? —asintió — No te pasará nada malo. A ti te ayudarán a dejar de consumir de todo y a Markel a tener más confianza en él. Yo aprendí un poco de todo, especialmente a meterme en problemas, pero eso es por no prestar atención.

—¿Quién?

—La típica amargada que odia a los niños, pero que al menos te enseña cosas útiles. En el fondo se encariñó conmigo, estoy segura.

El secreto de los CliffortWhere stories live. Discover now