Vista al pasado #20

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NARRADOR OMNISCIENTE

1 AÑO ANTES

Desde lejos dos personas esperaron pacientemente luego de observar la discusión entre la chica y su padre que duró bastantes minutos.

El mayor la golpeó por su molestia y la menor decidió encerrarse luego de gritar que acabaría muriéndose por su enfermedad y pocos cuidados que le daba.

Al cabo de las horas ya estaban listos, el amo era estricto con las horas de las muertes.

—Simular un accidente es fácil —dijo Tres.

—¿Molesta porque hoy no matas tú? Tan típico de ti.

—Cállate, Leandro —Tres refunfuñó por lo bajo con molestia.

—El amo tiene prohibido que tengamos esas confianzas en misiones —Dos recordó.

—Entonces cierra la puta boca y no te llamaré por tu nombre.

—El amo te castigará si se entera.

—Vamos a ello —dijo Uno a lo lejos —. Katrina, Leandro —mencionó los nombres de sus acompañantes —. Ahora ya está todo en paz.

—¿La huérfana está dormida? —preguntó Dos.

—Todo va bien —respondió Uno.

—¿Lo matas tú? —Dos volvió a preguntar hacia Uno.

—Con mucho gusto.

Dejó a Dos y Tres detrás y se metió sigilosamente en la casa.

Lo que estaba por suceder era evidente y nadie lo evitaría.

Con su rostro oculto tras una bandana, se aproximó a la puerta del pequeño despacho.

La abrió y entró tranquilamente a ver a su enemigo.

No dejó al hombre hablar cuando quitó su bandana y dejó su rostro al descubierto.

—¿Qué quieres? —dijo con rudeza el hombre.

—Has llegado muy lejos —observó al desconfiado individuo —. Solo reparto la justicia necesaria y libero al mundo de gente que malbarata oxígeno que otros necesitan.

—Sal de aquí —ordenó.

—Voy a contarte una historia —Uno se sentó en la silla —. La de arriba es "tu hija" —rio amargamente —, la que nunca supiste criar y mantienes como un vivo recuerdo de una mujer que te odió y llegaste a amar. Tienes tanto que aprender que deberías aprender de mí, ¿no crees?

—He vivido atormentado durante años y una niña no va a asustarme tanto. Eres muy joven para entender nada y no conoces realmente de lo que hablas.

—Nosotros somos Tod —se dirigió hacia el escritorio y agarró la foto de él junto a Gasper, Niklaus, Josie, Sonia, la que fue su esposa y esos dos niños —. Nosotros somos la muerte.

—¿Qué quieres realmente?

—Flexer me envía —informó y su rostro cambió —. Y adivina quién más —apoyó sus codos sobre el escritorio —. McBurnt —el hombre quedó pálido.

—Imposible —murmuró.

—Éramos dos más hasta que la guerra se amplió a estos extremos —tiró la foto al suelo —. Hasta que la sangre se derramó —río amargamente —. Sangre por sangre y vida por vida. Puedo matarte con mis propias manos y sin que nadie se entere.

—¿Te envía Klaus? ¿Es cosa suya? ¿Él te manda a atormentarme?

—Flexer y McBurnt —repitió —. El amo y Dáskalos.

El secreto de los CliffortWhere stories live. Discover now