El secreto de los Cliffort

Verdades ocultas #21

NARRADOR OMNISCIENTE

—Deja de intimidarlos, terminarán descubriendo el plan del amo por tu culpa —acusó la mayor de las mellizas, Abigail.

—No nos van a descubrir. Ve a esa estúpida mansión y hagamos lo que nos ordenaron.

Aquella noche oscura de septiembre fueron hasta la mansión Cliffort.

La mayor entró en acción, primero discutiendo con Meredith, luego con Dustin y finalmente con Jayden. Por eso aquella mañana provocó lo mismo con Regina, Lars, Angela y Adela.

Lo que Abigail, más conocida como Valia, no sabía, era que su propia sangre la traicionaría.

Paulina, o como el resto del mundo la conocía por su nombre famoso, Kenzie, consiguió manipular a los demás para ir en contra de su hermana mayor.

Hijas del amo y Dáskalos, había sido un milagro que llegaran al mundo, el último parto de la gran maestra la dejó muy mal.

—Vamos ahora —dijo a los que decidieron escucharla. Estaba sola con ellos, su hermana mayor la esperanza fuera para irse.

—Yo no apoyo la idea —dijo Lars —, me quedo.

—Si el susto se nos va de las manos acabaremos mal —Regina también estaba asustada —. También me quedo.

—No seas patética —habló Meredith.

Terminaron saliendo todos, es más alejado del asunto, Lars, quiso seguir convenciendo de volver a los cinco.

Persiguieron a la conocida como Valia por el bosque.

La adolescente de solo 14 años no se esperó aquella paliza y menos quedar ahí tirada dándola por moribunda y posiblemente muerta en unas horas.

—Se nota que eres la débil de las dos —Paulina se acercó a su hermana, tras haber vuelto a escondidas —. ¿Te duele?

—¿Lo has provocado tú? —Abigail intentó reincorporar su cuerpo golpeado — ¿Por qué? Se supone que ellos tenían que acabar así, ¿qué has hecho?

—Hay competencias que es mejor terminar.

—¿De qué estás hablando, Pau? Eres tú quien lo tiene todo —la miró como pudo. Apenas podía hablar.

—Dáskalos odia a Sabrina y ella te quiere, igual que Leandro.

—Son los únicos, todos los demás te quieren a ti: Dáskalos, el amo y Tres.

—Sabrina deja que la golpeen por ayudarte desde que nos conocemos, ya hace cinco años en el parque. Leandro te consuela si te pasa algo y yo solo soy la cara bonita para el resto en ese lugar.

—Tú lo tienes todo, incluso el amor que el resto de hijos de Dáskalos no tenemos —dijo Abigail.

—Ventajas de ser la menor de todas.

Sacó un arma robada y que mantuvo oculta.

—Engañar a la maestra será difícil, no imposible.

—Pau, no lo hagas —pidió.

Los genes psicópatas podían ser demasiado. Apretar el gatillo fue lo único que hizo tras escucharla, sin ningún tipo de remordimiento.

Se aseguró de no dejar huellas y ocultar su cuerpo. Dejándola abandonada le quitó toda posibilidad de salvarse, seguía viva, no por mucho.

Fingir que los Cliffort eran culpables era algo que podría pasar perfectamente. El odio a ellos era inmenso y una cosa más que agregar a la venganza no le haría daño a ella, quería pensar.