Capítulo XCVI: Causa y efecto

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JAYDEN

Confirmé mi asistencia con una simple palabra.

Los últimos días estaban siendo una rotunda mierda y odiaba eso.

—Tú, idiota —llamé a uno de los hombres que iban conmigo —. ¿Ya está todo?

—En efectivo, hemos traído esto para usted —ofreció una carpeta negra.

La abrí y comprobé que tenía varias hojas.

—Me gusta la rapidez y odio cualquier tipo de retraso —paré mi camino —. ¿Estoy siendo claro?

—Claro, no habrá ningún problema.

—Más te vale o acabarás como esos dos inútiles que por un unos centímetros de más pensaban que iban a poder conmigo.

Lo dejé atrás y me dirigí a mi auto.

Otro de los hombres abrió la puerta y entré.

Emprendí aquel largo camino del que pensaba obtener lo que quería fuera como fuese.

En el extenso transcurso pensé en algunas cosas en las que no debería, pero a fin de cuentas solo yo sabía lo que pasaba por mi mente y así debía seguir siendo.

Esos pensamientos se volvieron más difusos con la llamada que recibí. Si seguía así iba a acabar chocando y esa especialidad se la dejaba a Dustin.

Contesté observando aquel número privado que, por más que intentaba, no conseguía localizar.

—Tú, otra vez —dije.

—Yo otra vez —confirmó.

—¿Ahora que quieres?

Verás, alguien te espera.

—¿Santa Claus, eres tú? —me burlé.

No creo que él dé miedo.

—Habla o te cuelgo.

—Vas a encontrar a cuatro personas que no pretenden repartir abrazos. Una de ellas se topará contigo, dos de ellas van a estar escondidas esperando y la otra te robará algo que tienes muy importante.

—¿Ahora por qué decides hablar?

Es divertido enfadar a los maestros y los líderes.

—Tu juego de niños no me interesa.

Nosotros también seguimos nuestra propia jerarquía; el poder no reside en el más fuerte ni el más inteligente, reside en el más peligroso.

—No tengo tiempo para cuentos.

—Entonces detén el auto en la primera salida que veas y no te muevas de ahí en todo el día, ya me lo agradecerás.

—¿Por qué lo haría?

Recuerda esto: Los Dunkle son Reyna, Favour, Dudú y Vérmex.

De fondo se escuchó un disparo.

—Mis bebés están jugando, no le des importancia.

—¿Qué buscas ahora?

Si matas a esos cuatro que te esperan vas a girar la balanza a tu lado. Tú quieres poder, yo también. Ser aliados es una buena opción.

El secreto de los CliffortWhere stories live. Discover now