Capítulo LVIII: Los detalles

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MEREDITH

Tenía miedo, mucho más del que jamás pensé tener.

No sabía a quién de nosotras iban a hacer daño, la posibilidad de que tal vez nos iban a matar parecía estar más cerca de lo que en un principio quise pensar.

El silencio abundaba en la habitación, el hombre no hacia ruido alguno al dar un paso, ese hecho solo me aterraba más.

Sentí mis piernas temblar como gelatina, temía ser yo a la que pudieran matar en cualquier momento.

Mis pensamientos fueron interrumpidos al escuchar un grito.

Traté de buscar la pared palpando a mi alrededor, dejé caer mi cuerpo al suelo, cerré los ojos y tapé mis oídos para evitar escuchar los gritos de Neru.

¿Ya no eres tan valiente, Meredith? —la misma horripilante voz robótica resonaba.

—¡Neru! —el grito de horror de Angela se hizo presente en la hueca habitación.

La luz volvió a encenderse tras unos segundos, Angela estaba en otra esquina, Neru en la de enfrente y yo en la más alejada de toda la habitación.

El hombre tenía el mango del martillo lleno de sangre, eso solo me asustó más, no nos iban a matar hasta torturarnos a todas, estaba segura.

La puerta se abrió y mostró esa escalofriante luz.

Angela fue corriendo hasta Neru y solo me quedé mirando con cierta angustia. Iba a necesitar una nueva nariz e igual algunas unas costillas.

Me acerqué a Neru, ver su rostro lleno de sangre no me traía buenos recuerdos.

—No quiero morir —Angela comenzó a llorar.

No tuve más remedio que ayudar a la ordinaria a ponerse de pie. Salimos de la habitación ante un aviso de esa voz. El hombre que seguía dentro no se movió.

Entramos en ella y la puerta fue cerrada por el hombre que anteriormente estaba en la habitación de antes, no supe en que momento nos siguió. Era tan sigiloso que parecía ser un fantasma.

¿Cuál es el mayor secreto de la familia Cliffort? —resonó nada más estuvimos encerradas.

—Esta la sabemos —dijo Angela —, tiene que ser lo del doble asesinato.

—¿Cómo mierda lo saben? —pregunté.

Neru sólo se quejaba, nunca pensé que las palizas de Padre eran malas hasta que llegó este momento y tenía la vaga esperanza de que mi cuerpo tuviera un mínimo porcentaje asociado al aguante del dolor.

—Creo que Dustin tenía razón —dijo Neru como pudo —, él insistió en que ese alguien que quería hacernos algo es el padre de Kenzie.

—¿Y por qué estamos nosotras dos si no hicimos nada?—preguntó Angela.

—No, no es por eso —dije por impulso —, la primera prueba no tenía nada que ver con lo que pasó.

—¿Y si solo quieren confundirnos? —preguntó Angela.

—¿Y si es lo de Jayden? —preguntó Neru tapándose la nariz ensangrentada.

—¿Le has contado lo de ese bastardo? —miré mal a Angela.

—No es momento de reclamar. Neru está peor que el puré de mierda y no sabemos si saldremos de una pieza.

—¿Cuál de los dos puede ser? —preguntó Neru y observé sus manos llenas de sangre.

El secreto de los CliffortNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ