Capítulo CX: Los dígitos

408 144 11
                                    

MEREDITH

El frío y las nevadas típicas de este mes recordaron el aburrido mes en que nos encontrábamos.

El fin de semana, encerrada por la tormentosa nevada, no me dejó más opción que no salir.

Aquella cutre carta pareció ser muy acertada.

Los números 1021 eran claros.

Los dos primeros hacían referencia al mes y los dos últimos al día, pero se tenían que invertir.

No era tan difícil y sabía que tampoco lo habían complicado tanto porque seguíamos en un sucio juego del que se supone seguíamos más cerca del final.

Salí de la ducha luego de un día de ejercicio para mantenerme activa.

Encontré otra nota.

Comenzar a descodificarlas parecía estar a punto de volverse mi muevo pasatiempo, únicamente me faltaba saber qué significaba que pasaría.

0372

La dejé a un lado para vestirme y en un rato pensar en lo que representaba.

Puse algo cómodo y bajé a cenar, encontrando a Neru.

Preferí ignorarla, la última vez acabó durmiendo en mi cama y no quería que eso se repitiera.

Ordené mi cena y me fijé en que estaba más extraña de lo normal. Había estado aquí todo el día.

Cenar en solitario era mejor y más cómodo, aunque estaba a tiempo de irme.

Un detalle que llamó mi atención fue el hecho de que cenaba algo más saludable de lo que usualmente solía comer.

Me miró unos instantes y volvió a lo suyo.

Era inevitable fijarse porque solía ser una salvaje y en este momento era lo contrario.

—No sé que te pase por la mente —habló —, espero no ser yo —masticó lentamente y me miró.

—Tú comiendo sano es una novedad.

—La vida está llena de sorpresas.

—La vez anterior que coincidimos acabamos huyendo de un maniático, mejor ignoremos que la otra está aquí y evitemos acabar igual.

—No tengo intenciones de pasar otras 24 horas contigo —negó —. Fue una experiencia horrible.

—Lo mismo digo.

—Tú te refieres a que fue horrible estar conmigo tanto tiempo, yo a tener que huir y trabajar con alguien. Tu presencia es soportable en ocasiones y ese día podría considerarse una de esas ocasiones.

—No te voy a agradecer, si es lo que buscas.

—No, eso no me interesa. Pero no todos dirían lo mismo de alguien que ha intentado matarte y constantemente busca hacerte la vida imposible.

—Sigues viva, no te quejes —defendí.

—Eres una persona inusual. Dejando de lado tu manera de ser y que haces cosas cuestionables, intentas conseguir lo que quieres aunque eso signifique meterte en problemas. No te rindes y eso pocos lo hacen.

—¿Acaso me admiras? —no todos los días Neru estaba así de calmada.

—He visto cosas mejores, solo daba una opinión que nadie ha pedido, pero que igualmente se me da la gana dar.

—No esperes que diga algo bueno de ti. No te soporto y lo único que veo en ti son cosas que odio.

—Se podría decir que igualmente, solo que mi manera de odiar es diferente a la normal.

El secreto de los CliffortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora