Capítulo LXVII: Litigencia contraria

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MEREDITH

—¿Necesitas algo más? —preguntó Merè, quien tuvo que quedarse conmigo porque nadie quería.

—No —respondí.

Un enfermero entró con el desayuno. Después de supervisar las mierdas médicas y dejar aquella comida se fue.

Merè me ayudó debido a que tanto sedante me tenía en un estado adormilado y me dolía el cuerpo al moverme.

—Padre no ha venido —hablé —, ¿por qué?

Me miró dubitativa.

—Si que vino, pero para hablar con los médicos. Está ocupado buscando a los autores del tiroteo y del secuestro.

—Ya veo... —comenté sin terminar de creerlo.

—¿En qué piensas?

—En nada.

—No siempre le importamos a la gente y no importa si se comparte sangre o no —me acercó el agua y bebí.

—Gracias por recordarme que soy un cero a la izquierda —me miró compasiva.

—Deberías de valorarte tú misma aunque nadie más lo haga. Pese a tu manera de ser eres alguien inteligente y sabes lo que quieres.

—Merè —la llamé —, cuando el tipo ese, el amo, nos hizo una serie de preguntas, me dejó dudando de varias cosas.

—Supongo que diga lo que diga vas a ignorarme y terminarás preguntando —dijo algo que ya sabíamos ambas.

—¿Qué pueden tener en común las dos idiotas esas conmigo? —hice la pregunta que hizo el amo.

Merè pensó.

—Las tres sois muy impulsivas, algo insensatas en ocasiones y sabéis marcar la diferencia con vuestro nombre y actos —asentí.

—¿Hay alguna fecha clave que haya habido? —seguí con otra pregunta.

—No —contestó —, en todo caso tal vez el día de... —la interrumpí.

—¿Cuando Padre fue proclamado el soberano?

—Eso te iba a decir, la próxima escucha —regañó y siguió ayudándome a desayunar —. No estoy segura, cuando nos casamos ya llevaba unos años siéndolo; unos seis años. Creo que fue el día de su cumpleaños 18.

Traté de pensar. La pregunta de "¿Qué fecha es la más importante y deberíamos todos de recordar?" y encajarla con lo que decía Mère. Tenía sentido, ni siquiera en nuestros nacimientos se hizo una gran ceremonia, solo una algo grande, pero nada del otro mundo.

—¿Cómo identifico quién me miente en la cara?

—Es difícil. Me extraña que no lo sepas, eres una experta en ello —la miré mal —. Tal vez si te fijas en los comportamientos y actitudes puedes saber más de lo que normalmente verías y darías cuenta.

—Gracias a esa mierda casi me matan. Menuda mierda.

Había cosas a las que ya no le veía ni sentido.

—¿Cuál es el verdadero secreto familiar? —la miré con seriedad — Porque parece ser que lo de Jayden no es.

—Es difícil saberlo concretamente. Podría ser el negocio, las víctimas silenciadas e incluso los robos a grandes personas, los cuales son enemigos del apellido.

—¿Cuál es la más probable?

—Meredith —dijo mi nombre con firmeza —, no creo que sea nada de eso, es solo un pensamiento.

El secreto de los CliffortOù les histoires vivent. Découvrez maintenant