Capítulo XXXV: Controversia

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NERU

Llegué a clase con dolor de cadera, no había dormido más de dos horas, mi cabeza también dolía.

Adela no debaja de pedir detalles y estaba cansada de evadirla.

El director anunció una reunión en la última planta, así que salí del aula donde estaba y me dirigí al mismo sitio donde los otros iban.

Arriba encontré a Dayanel, estaba solo.

—Te esperaba —dijo.

—¿A mí? —pregunté.

—Malena es doble repetidora, va con Angela, y a Adela la he perdido de vista—asentí.

—¿Cómo llevas lo tuyo? —dije refiriéndome a lo de la foto.

—Se lo he dicho a Angela y Malena en los pasillos y a Adela en clase —se cruzó de brazos —. Nada.

—¿Tienes las pruebas en tu casa? —asintió.

—Angela mentía cuando decía que alguien más las tenía, al menos hasta ayer, ahora soy yo quien tiene todo eso. Como vengan a por mí puedo despedirme de este mundo.

—No seas dramático —hice un movimiento y el fastidio aumentó —. Ahora falta que Malena enseñe la información, con eso estará solucionado.

Hice una mueca al moverme.

—¿Qué te pasa? Tienes mal aspecto. Además, que me haga el ciego no significa que lo sea, tienes un golpe notorio en el pómulo y en el labio.

—No te va a gustar saberlo —aseguré.

—Vamos, nada podrá sorprenderme.

—Ha sido Jayden —susurré.

—¿Ese hijo de puta te ha pegado? —se alarmó.

—Le va el sado—me limité a responder.

—¿Te va que te peguen? —elevó una ceja.

—Me dejé llevar —evité mirarlo.

—No te lo dije con Dustin porque pensé que eras más lista, deberías de saberlo, estás jugando con fuego —lo miré.

—¿Ahora tengo un compañero que piensa?

—Amigo —corrigió —. Y hablo en serio, primero Dustin y ahora Jayden. Piensa con la cabeza no con las piernas abiertas, ya solo queda que te montes un trío.

No dije nada, quería tumbarme.

—Genial, el tipo este ya va a dar una de sus charlas —dijo para no estar en silencio al escuchar el "probando, probando, un, dos, tres" del director.

—Dayanel, nuestra "amistad" se basa en lo del círculo del otro día —le di una mirada que comprendió.

—Yo me tomo nuestra "amistad" —imitó mi gesto al hacer comillas — o como quieras llamarlo, con seriedad —suspiré —. Angela solo me ha hablado maravillas de ti, ¿por qué no acercarme y comprobar esas cosas que dice?

No tenía ánimo de nada en este momento.

—Si quieres te cuento mi vida sexual y así estamos a mano —dijo al no recibir respuesta de mi parte.

—No, gracias. Siento que escucharé cosas descabelladas.

El director comenzó a hablar.

—Buenos días —saludó —. Hemos convocado una reunión de última hora al encontrar un intento de saboteo en las cintas de muestra que se pretendían enseñar como todos los años —los murmullos comenzaron —. Antes de tomar medidas de cualquier tipo agradeceríamos que cualquier persona o personas responsables de esto acudan a nosotros antes de que el malentendido pase a mayores.

El secreto de los CliffortWhere stories live. Discover now