Capítulo CXVI: Afán instintivo

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NERU

Mi cara y mi actitud de zombie me delataban constantemente.

El insomnio se estaba haciendo más presente y no sabía si por psicosis o por saber, comenzaba a sentir un bulto en mi vientre.

Mi ducha acabó y con ello me vestí.

Lo visto ayer me dejó pensando bastante así que mi cerebro debía ocuparse de almacenar más información de la habitual.

Bajé, desayuné, cepillé mis dientes y regresé.

Dustin se fue en su auto más temprano porque tenía que preparar algo para una presentación que tenía y Meredith lo también se fue, solo que en el suyo, porque no quería compartir el mismo espacio que yo.

Angela, en cambio, fue conmigo hasta llegar.

Al hacerlo nos esperaban nuestros amigos.

Estaban reunidos los tres con una cara seria, como si algo malo hubiera ocurrido.

Saludamos en medio del ambiente tenso.

—Me ha llegado una carta que literalmente decía "Hira Denver está muerto y hay alguien más que lo sabe" —Dayanel mostró inquietud.

—Eso no puede ser, el viejo lo protege y no dejaría que nadie le haga nada malo —Angela trató de calmar su nerviosismo.

—Lo he llamado y lo lleva buscando desde inicios del año —se le aguaron los ojos —. Es un mierdas, pero es mi padre y tengo miedo de que lo hayan matado.

Angela lo abrazó.

—Ya le he dicho que seguramente los malditos locos de Tod quieran asustarlo como cuando me pegaron la paliza —dijo Malena —. Están mal de la cabeza y quieren buscar nuestros puntos débiles.

Adela buscó pañuelos para Dayanel, quien empezó a llorar.

Angela intentó apaciguar el dolor:

—Si fuera así nos hubiéramos enterado, ¿verdad Neru? Nosotras vivimos con el viejo y algo de este nivel no nos lo hubiera ocultado sabiendo que eres importante para nosotras.

—¿De verdad? —Dayanel me miró.

—Tod solo nos quiere destruir —dije — y harán lo que sea para conseguirlo.

Entre las cuatro tratamos de consolarlo, aunque Malena casi golpea a más de una persona por insultar a Dayanel y mostrar como se sentía, como si tuviera algo de malo.

—No debería ir a clases así, será mejor que alguien se quede con él —dije a Adela.

—Y que alguien averigüe qué tan cierta es esa carta.

Angela nos hizo una señal de que se quedaría con él.

—Nosotras nos ocuparemos de lo que ha dicho Adela —Malena habló mientras seguía con la mirada a más de una persona que observaba la escena.

Aunque él se negó, conseguimos hacerlo entrar en razón.

Cada una de nosotras fue a una clase distinta, así que espere a que Malena se fuera para hablar con Adela.

—¿Por qué parece que tienes miedo? —preguntó Adela.

—Baja la voz —regañé.

—¿Por qué? —susurró.

—Es que yo sé que la carta es verdad —dije rápida.

Me miró sorprendida.

—¿Tú? ¿Entonces es cierto?

El secreto de los CliffortOnde histórias criam vida. Descubra agora