Capítulo XXXIII: Odios reprimidos

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JAYDEN

Padre cometió un error al matar a una veintena de hombres, era un jodido idiota que no haría caso a nadie nunca.

Por suerte Hira y yo pensábamos con cabeza. Mientras él buscaba los documentos con la información secreta que Padre le había encargado y de la que me hablaría en cuanto nos pudiéramos reunir, por mi parte iba a resolver otra incógnita que llevaba tiempo rondándome por la cabeza.

—Mutter —la llamé mientras terminaba de acomodar la maldita camisa que odiaba —. ¿Donde están todos? La cena es en media hora.

—Neru salió con Du Maurier y Angela, Meredith está de camino y Dustin ha ordenado que nadie lo moleste.

—¿Y el crío?

—Bernard está en el comedor.

No había nadie cerca, decidí aprovechar.

—Voy a hacerte unas preguntas que quiero que contestes y me importa una mierda lo que Padre haya dicho —me miró sin expresión alguna.

—Jayden, sabes que no desobedezco órdenes —recordó.

—Solo será esta vez —me miró no muy convencida.

—Sabes que significa eso para mí.

—Mutter, será rápido —hizo silencio unos segundos.

—Entonces que sea rápido antes de que alguien nos escuche.

—Lo seré —aseguré.

—¿Qué es lo que necesitas? —preguntó.

—Quiero a Neru fuera de esta casa, pero hay algo que la une y no sé que es.

—No creo que consigas nada, pero adelante.

—Padre se comprometió con Madre a los catorce —asintió —, después de la ceremonia se casaron —volvió a asentir —. De eso hace treinta años.

—Los cálculos son rápidos. A los veintitrés se caso por segunda vez y a los veinticinco por tercera —hizo el recuento.

—Lleváis mucho tiempo juntos, es imposible que no hayáis conocido a alguno de sus manos derecha.

—Solo a Hira, sabes que tenemos prohibido comunicarnos con quienes no debemos. No podemos involucrarnos en los negocios —recordó.

—Sé que Regan fue mano derecha de Padre, ¿lo conociste? —negó.

—No —algo me decía que mentía —. Sé por donde vas, a nadie le hizo gracia la llegada de esa chica, pero son órdenes. Ni se te ocurra hacerle nada —elevé una ceja —, sabes que ahora es como una más de nosotros.

—¿De que conoces a Regan Fithson? —volví a preguntar.

—No lo conocí —volvió a mentir.

—¿Por qué tanto empeño en proteger a Neru? Sé que Padre no es el único que lo sabe, las tres tenéis que saber algo.

—Los negocios juntaron a ambas familias, pero no traté con él. Tenemos prohibido tratar con hombres que no sean de la familia a excepción de que se nos permita —la miré en busca de más información.

—Padre os mantiene informadas sobre esta mala racha que arrastra desde hace años, ¿qué sabes de eso?

—Lo que nos dijo en su día.

Mutter no iba a decir nada más, lo tenía claro.

—Eso es todo —pasé por su lado y me fui a buscar a Mère.

El secreto de los CliffortWhere stories live. Discover now