Capítulo XXI: Soluciones peligrosas ✔

6.9K 483 177
                                    

NERU

Observé con atención la escena y hablé:

—Perdón, venía a por mi libreta —me excusé.

Todos me observaban por haber interrumpido lo que estaba pasando.

—Aller à l'intérieur —dijo Jayden hacia Dustin —, guéris-le et ne le laisse pas sortir —habló hacia Teressa.

Esta se llevó a Dustin hacia su habitación.

Ellos y su jodida manía de intentar ocultar cosas como si yo nunca me fuera a enterar de absolutamente nada.

—Neru —dijo Juleka fingiendo que no estaba pasando algo —, ¿no estabas en casa de los Du Maurier?

—Venía a por mi libreta, ahí tengo los apuntes necesarios —dije no muy alto, me sentía observada y llamar la atención era lo que menos quería.

Bernard se fue hacia su habitación después de recibir una mirada de Jayden.

—Mutter, comprueba dónde está Angela y si está con Meredith dile lo mismo que a Mère.

Juleka obedeció.

Traté de pasar, pero Jayden agarró con fuerza mi antebrazo y me lo impidió.

—¿Me crees estúpido o piensas que nací ayer? —me miró con seriedad.

—Sé lo que pasa tanto en esta casa como en muchas otras, no hace falta que nadie finja.

Intensificó el agarre y traté de soltarme.

—¿Acaso estabas escuchando? —me miró amenazante.

—Tengo cosas más importantes que ver cómo le caen castigos a Dustin por a saber qué —solté.

—No lo parece.

—Suéltame —ordené.

—¿Y si no, qué? —apreté mi mano en un puño y lo solté con suficiente fuerza para alejarlo.

Me liberó y se llevó una mano a la nariz, no le había dado tan fuerte como me hubiera gustado.

—Tienes fuerza —se burló.

Lo observé y me dispuse a ir a por mi libreta.

Entré en mi habitación y la busqué, al encontrarla escuché que nuevamente se cerraba mi puerta.

—Jayden, fuera de mi habitación —dije sabiendo que sería él.

Me giré y efectivamente no me equivoqué.

Se apoyó en la pared y se cruzó de brazos.

—Pídeme perdón —inconscientemente elevé una ceja.

Este tipo no me conocía realmente si pensaba que iba a hacer tal cosa.

—¿Me ves con cara de que vaya a hacerlo? —me atreví a soltar.

—Entonces no saldrás de esta casa.

—Una lástima, ya me habían dado permiso antes de que me lo prohibieras —dejé mi libreta sobre la cama.

—No estoy jugando.

—Mira —dije ya algo enfadada —, me estoy adaptando a esta vida de edad media y es extraño, no me lo pongas más difícil.

—Pídeme perdón —repitió.

—Vete de mi habitación —repetí de igual manera.

Se acercó y me puse firme, no me iba a dejar intimidar.

El secreto de los CliffortWhere stories live. Discover now