Vista al pasado #2

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NARRADOR OMNISCIENTE

2 MESES ANTES

Mientras se besaban con ferocidad nadie pensó en que podían ver el espectáculo desde fuera.

La chica castaña abrió su jean y lo bajó, dio una mirada hacia arriba y observó como podía hacer que las cosas cambiaran con un simple roce.

Bajó la ropa interior y no dudó en usar su boca para hacer un oral y que su amante, como ella había decidido llamar a los encuentros sexuales que tenían, disfrutaba de lo que estaba haciendo.

Los jadeos fueron otro signo más del placer.

En cuanto consiguió que su amante llegara al orgasmo volvió a sus labios a besar con desesperación a su tentación oculta.

—Eres la mejor —la chica castaña sonrió ante sus palabras.

—¿Por qué no lo dices más alto? —desafió.

—Sabes que lo nuestro es secreto. Nadie debe enterarse.

—Lo sé.

—Ahora tengo que irme, tengo cosas que hacer —se acomodó el pantalón.

—Necesito dinero —pidió la chica.

—Te he dado hace menos de una semana. Se notará un gasto excesivo en mi cuenta.

—Siempre gastas dinero, gastas el que quieres. A ti te sobra, solo te pido un poco más.

—Esta vez no te daré nada.

—Pero... —fue interrumpida.

—Lo nuestro ha estado bien, follar un rato, disfrutar de algo secreto y divertido, pero ya es hora de que se vaya acabando.

—¿Por qué lo dices?

—Tú lo sabes bien, querida perra.

—Necesito el dinero, mi madre sigue enferma.

—Te he dado suficiente, no me pidas más.

—Sabes que prácticamente me prostituyo para ti, no puedes hacerme esto —suplicó.

—Eres mi puta, ¿lo entiendes? —asintió — No me gusta que mis cosas se rebelen, después me obligan a actuar con mucho enojo y las cosas pueden acabar mal —recibió como amenaza.

—Me iré de aquí, sacaré a mi madre del hopsital y viviremos hasta que ella no pueda más, solo te pido que me dejes un poco más y no sabrás más de mí.

—¿Sabes por qué no lo haré, maldita perra?

—Te lo suplico.

—No te lo daré porque eres mía —le soltó.

—No soy de tu propiedad, no puedes comprarme.

—Te he follado como la puta que eres, te mantengo a escondidas de mi familia como otra más de mis amantes, te regalo cuánta mierda y ahora pretendes alejarte de mí.

—Quiero ser libre —pidió.

—Bien, vete como la rata que eres. Cuéntale a tu madre como has conseguido pagar sus medicinas y el hospital.

—Solo te he pedido que me des algo de dinero, nada más. Nadie sabe de mí o de lo nuestro, menos tu familia.

—No cariño, no te daré más.

La castaña vio como alguien se acercaba, ella también iba a jugar sucio.

—¿Qué pasaría si alguien se entera de que te acuestas conmigo? ¿No crees que acabarías peor?

El secreto de los CliffortWhere stories live. Discover now