El secreto de los Cliffort

Capítulo LXVI: Aflicción interna

JAYDEN

La aparición de Dustin con Lars y las insoportables, bastante golpeadas, fue una sorpresa para todos.

Tras aquel suceso e ir al hospital algo tiró al suelo todo lo que había pensado hasta este momento.

—Ya te he dicho que no sé dónde estaban —repitió.

—¿Ves que te haya dicho lo contrario?

—Veo que te piensas que Lars y yo sabíamos algo y por eso las trajimos.

—¿Acaso te he dicho eso?

—No con palabras.

—Piensa lo que quieres, no es de mi incumbencia.

Unos rápidos pasos, más bien el típico taconeo de botines, terminó anunciando la llegada de Regina.

Sabía que debía ser cosa de Lars, el cual no dejó de estar con el teléfono móvil desde que llegamos.

Mientras Regina preguntaba qué había pasado y me reclamaba que era mi culpa por no tener buena seguridad hacia la rubia, a los minutos aparecieron Dayanel junto Malena y Adela.

—¿Puede saberse por qué ayer viniste a pedir ayuda para encontrar a Neru y Angela hoy resulta que han aparecido? —preguntó Adela.

—Espera tu turno de quejas, estoy yo primera —Regina habló.

—Hazte a un lado antes de que te cierre la boca y te reacomode las neuronas para que dejes de ir de perra faldera con alguien que ni siquiera te considera una amiga —Malena espetó.

—Tú mejor cállate, a mí al menos no me mandaron a un internado correccional —Regina se defendió.

—¿De qué sirve que a ti te salvaran el culo si no dejas de lamérselo a Meredith? —Malena soltó con enojo.

—Eres una sucia vulgar mal hablada.

—Lo que sea —hablé —, a discutir a otro lugar. Regina —la llamé —, por mí como si matan a Meredith, no es mi problema, si tanto insistes vuélvete su guardaespaldas —fue a quejarse pero continué hablando —. Al resto, eso es algo que tengo que averiguar hasta yo.

—Tenías que llegar y seguir molestando —Regina se quejó.

Dayanel se interpuso antes de que Malena se acercara a Regina.

—Será mejor que nos vayamos a fuera —Dustin agarró a Regina del brazo y prácticamente de la llevó pese a sus quejas.

—Deja el escándalo —miré a Malena —, estoy harto de escuchar y ver estupideces. O controlas esos impulsos o te largas.

—Lo capto —dijo ella de mala gana.

—¿Podemos ver a Angela o Neru? —preguntó Dayanel.

—Se supone que están descansando.

—¿Qué les ha pasado? —preguntó Adela.

Lars pasó por detrás y salió, seguramente a ver a Regina.

—Tienen algunos arañazos sin importancia, nada del otro mundo.

—Explícate —pidió Malena de mala gana.

—Cosas con poca importancia: una pierna rota, costillas fracturadas, una nariz deforme y puede que una mano destrozada.

Ninguno dijo nada, Dayanel solo se alejó y preguntó a un doctor por la habitación donde estaban. Malena me miró con seriedad.

—Si eso es sin importancia, no quiero saber qué será lo que si la tiene —tras decir eso se alejó y se fue con Dayanel. Ambos entraron a la habitación de Angela.