Capítulo CLVII: Lealtad mortal

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Capítulo final en marcha. Agradecería mucho que se lea la nota del final.

Ni se desesperen que seguimos en muchos problemas con estos muchachos.

Dentro lectura

CAPÍTULO 147


MEREDITH

No sabíamos qué tiempo quedaba para salir volando hechos pedazos, Neru pesaba que probablemente en unas dos explotaría. El estúpido de Dayanel, Dos, Leandro, o como se llamara, no podía dar esa información por su estado y Falsch hacía nulos intentos de salvarle la vida que todos sabíamos en cómo acabaría.

—Las cosas pueden ser muy fáciles si hay colaboración —dijo Neru —. Mando yo, se me hace caso y se cumple. Quien me lleve la contraria sobra decir qué hago con los estorbos, ¿entendido? —rápidamente prosiguió sin recibir una respuesta — Perfecto.

—Si tenemos el tiempo en nuestra contra y tanta gente que si nos descubre nos mata —seguí —, ¿cómo vamos a salir de aquí?

—Hay que matar a todos los que se nos pongan en medio —Jayden llegó a la conclusión.

—¿Con qué armas? —preguntó Dustin.

—Siempre hay que cargar algo encima —miramos a Neru.

Nos hizo seguirla por otro lado de la gran sala. Había una puerta de aspecto secreta por donde seguramente pensaban huir tras explotar la bomba.

El rápido recorrido dio a una especie de pasillo vacío.

—Si me ven a mí no me harán nada —Neru volvió a tomar el control —, así que habrá que fingir muy bien o sacaré a cuatro cadáveres.

El silencio rotundo que había en la sala nos anunció la llegada de alguien al retumbar pasos por todo el largo del lugar.

—Alguien al suelo —indicó.

Nadie hizo nada y decidí hacerle caso.

—Alguien más —repitió.

Como no le hicieron caso y un hombre se acercó, Neru golpeó a Dustin y Jayden como toda una experta y sin hacer casi esfuerzo los dejó en el suelo.

El hombre pasó y se detuvo.

—Reúne a todos en la entrada. Estos hijos de perra deben morir en vergüenza como merecen —ordenó y pegó una patada a Jayden —. Los dirijo a allí.

—Diligente Uno, el amo solicita reunirse con usted.

—¿Solo yo?

—También con Diligente Dos y Diligente Tres.

—Búscalos —ordenó —, ¿dónde me espera el amo?

—En la capilla, sabe que es un buen orador.

—Un gran seguidor de la palabra —dijo con claro sarcasmo —. Iré después de ejecutar a estos.

—La solicita ya. Puedo llevarlos yo y buscar al resto de Diligentes.

—No, ya los llevo yo con el amo, si urge no lo haré esperar y ellos ahora mismo son mi responsabilidad hasta que los mande con la mitad del pueblo. Ahora retírate.

El gran hombre miró a Bernard y este le dio la mano a Neru.

—¿A qué esperas? —el tono duro de Neru dio ciertos escalofríos.

El secreto de los CliffortWhere stories live. Discover now