Vista al pasado #1

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NARRADOR OMNISCIENTE

2 MESES ANTES

—Seré muy claro —habló el cabeza de familia con firmeza —, muy pronto tendremos a una nueva integrante . Tiene que ver una familia unida, feliz, amable y todas esas mierdas.

—¿Nueva hija? —preguntó Bernard.

—No, algo distinto. Nos encargaremos de alguien durante unos años.

—¿Vamos a encargarnos de alguien? —saltó Meredith con enfado.

—Sí, eso he dicho —su progenitor le lanzó una mala mirada.

—¿De quién? —preguntó Dustin.

—Neru Fithson. Su padre y yo llegamos a un acuerdo. Murió hace poco y en estos días vendrá.

—¿Qué edad tiene? —preguntó nuevamente Dustin.

—La suficiente para que nadie la toque ni con la mirada —advirtió hacia los dos mayores.

—¿Tiene que venir ahora? —preguntó Jayden.

—Así es, no cuestiones mis decisiones —soltó hacia él —. Bernard, Meredith, largo.

Ambos obedecieron sin decir nada.

—Pasamos por una mala racha, no podemos traer a una desconocida bajo nuestro techo —repuso Jayden nuevamente.

—Aquí se hace lo que digo yo —amenazó con la mirada —. Hasta que la situación mejore quiero que las vigiléis a ambas, si me entero de que algo pasa no tendré piedad.

—Sí, Padre —dijo Dustin.

—¿Me has oído o eres imbecil a parte de sordo? —soltó hacia Jayden con molestia.

—Sí, Padre —hizo oídos sordos al escuchar el tono con el que se dirigió s él.

—Yo me ocuparé de darle la noticia de que vendrá a vivir con nosotros, aún no sabe nada.

—¿De qué la conoces? —Jayden se atrevió a preguntar.

—Eso es asunto mío, pero para para que dejes tus estúpidas preguntas solo te diré que su padre era un buen negociante y que los Cliffort no pagamos mal a quienes entregan su vida por nosotros —soltó —. Ahora largo.

Ambos obedecieron y lo dejaron solo en su oficina.

Él no estaba dispuesto a dar nada, era un experto en robar a quien fuera para enriquecerse más. No le convenía matarla por ahora, antes debía estudiarla en silencio.

—Adelante —dijo al escuchar a alguien tocar con los nudillos la puerta.

Sus tres esposas entraron y se sentaron en las butacas de su despacho.

—Nos estamos encargando de los últimos retoques —dijo Juleka.

—Quiero que su habitación sea lo más maravilloso que puede encontar en su miserable vida.

—Lo tenemos listo —volvió a hablar su tercera esposa.

—Probablemente Angela termine apareciendo de aquí a un tiempo, por ahora nadie debe saberlo.

—¿Le han dado de alta? —preguntó Teressa.

—Sí, de todos modos pagar por tenerla encerrada no hará nada, ya ha aprendido la lección.

—¿Estaremos seguros si vuelve? —preguntó la segunda una vez más.

—Angela es una adolescente, no es nada frente a mí.

El secreto de los CliffortWhere stories live. Discover now