Capítulo 158 - Tierra de la Nieve (1)

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Rei, sentada en el sillón en la esquina de la oficina de Daimyo de la Tierra de la Nieve, observó al hombre desprevenido mientras entraba a su oficina, tarareando una alegre melodía. Fue un poco triste en opinión de Rei ya que el hombre ni siquiera sabía que estaba a punto de morir en unos pocos días. ¿O tal vez sospechaba que algo estaba pasando? Sin duda explicaría las visitas más frecuentes a su amada hija y la contratación del pequeño y deprimido Kakashi para protegerla durante los próximos días.

Al menos el hombre tenía suficiente sentido común para esperar que alguien que intentaba secuestrar a su familia más cercana obtuviera una ventaja sobre él durante las conversaciones entre Yukigakure y el Daimyo de la Tierra de las Nieves que ocurrirán en dos días. ​​

A pesar de todo eso, Sosetsu Kazahana, todavía no podía ver a su hermano Doto traicionándolo. 'Qué triste...' pensó Rei con los ojos en blanco. El hombre no era estúpido. Él solo... siempre trató de ver lo mejor en las personas.

Por otra parte, debido a eso, siempre hizo lo que pensó que era mejor para la gente de la Tierra de las Nieves. Un rasgo que hizo que Rei pensara muy bien en el hombre... y lo ridiculizara al mismo tiempo. El problema no fue que lo hiciera. El problema fue que Sosetsu no hizo nada sustancial para protegerse a sí mismo y a su hija, para disuadir a cualquiera que intentara quitarle el país.

"Veo que la vida de un Daimyo está bastante ocupada". Rei anunció su presencia al hombre que revisaba el papeleo con una expresión amarga.

Rei disfrutó cómo el hombre se puso rígido cuando registró que no estaba solo. "Y sí... la seguridad en este castillo apesta. Puedes pensar en actualizarla... Nah, borra eso. Primero deberías despedir a todos los idiotas a los que llamas guardia. Vi a cinco durmiendo en servicio, uno haciéndolo. con una criada, tres jugando a las cartas, cinco hablando de sus aterradoras esposas y temblando cuando pasé junto a ellos, y... bueno, te haces una idea". Añadió sinceramente.

Los pensamientos que atravesaban su mente casi se podían ver a través de los ojos de Sosetsu mientras su expresión cambiaba casi cada segundo. De aturdido a asustado, cambiando a resignado, solo para transformarse de nuevo cuando escuchó el golpe de Rei en la seguridad. Cambió a uno esperanzador.

"Ya que me estás dando ese consejo... no estás aquí para matarme, ¿verdad?" Sosetsu preguntó con una voz tranquila que hizo obvio que el hombre estaba más asustado mientras intentaba parecer valiente.

"Eso es algo bastante ingenuo para preguntar. ¿Realmente respondería con la verdad si fuera un asesino?" Rei no pudo evitar sonreír. "Pero no. No estoy aquí para matarte".

Al escuchar la respuesta, Sosetsu empezó a sudar.

'¿Entonces es o no es un asesino?' Mentalmente lloró de una manera hosca.

"Vine a proponer un, llamémoslo un negocio". Rei dijo, poniéndose de pie.

Caminó hacia la mesa de Sosetsu, haciendo que el hombre se sintiera cada vez más incómodo a medida que Rei se acercaba. Cuando finalmente estuvo cerca de la mesa, Rei metió la mano en un bolsillo de su atuendo negro, siendo lento a propósito mientras disfrutaba de cómo los niveles de nerviosismo de Sosetsu se disparaban por las nubes, haciendo que el hombre sudara como un cerdo. Rei rápidamente sacó su mano del bolsillo y la golpeó contra la mesa.

El corazón de Sosetsu casi saltó de su garganta ante el repentino movimiento. Su cuerpo, sin embargo, realmente saltó hacia atrás por reflejo. O al menos, lo intentó. Su silla bloqueó su intento, lo que hizo que se volcara junto a ella, sus pies se dispararon en el aire.

Rei miró con satisfacción al gimiente desastre de un hombre al que probablemente asustó hasta la muerte y no pudo evitar reírse de Sosetsu mientras intentaba levantarse mientras jadeaba por aire.

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