"La Torre" (2x08)

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Iskender.

   –Yo le pido sinceras disculpas, Príncipe Osmán.

   –Todos hemos tenido episodios oscuros Iskender.

   –Lo sé, pero aún así no está demás demostrarle mi arrepentimiento.

   –¿Te arrepientes de haberte equivocado al haber inventado esa historia de confabulaciones? Todo eso sonaba a un cuento para niños.

Me silencio unos segundos. –No es eso Osmán, pero no quiero referirme al tema, es sobre otra cosa que me gustaría mencionarte.

   –Soy todo oídos, Aga.

Avanzamos caminando hacia la pileta en el jardín del Palacio. Se aprecia a Bayezid y Murad jugando con palos de madera pretendiendo ser espadas y también a la Sultana Kosem sentada bajo la sombra de su carpa.

   –Discúlpame por ser tan directo Osmán, pero he estado estudiando este Palacio y... —Él hace un gesto para que continúe. –Yo tengo entendido que cuando un Sultán asciende, sus hermanos deben... Ya sabes... ellos deben...

   –Ser asesinados. —Completa mi oración. Su mirada se fija en el lejano horizonte con notable dureza.

   –Asumiendo que lo dicho por Safiye es verdad, me gustaría exigirle algo. —Sus cejas se contraen. –Por favor, Osmán, no lo hagas, te ruego por Alá y sus milagros que no asesines a tus hermanos. —Digo a punto de llorar.

—Voltea hacia mí con notable molestia y cólera. –¡Nadie le dice a un Sultán lo que debe o no debe hacer! ¡He tenido suficiente paciencia contigo, no seas insolente otra vez!

Tal fue su molestia que no dudó en gritarme y dejarme solo en medio del jardín y con la pendiente mirada de su Madre fijada en mí.
Ayse se acerca preocupada y me sujeta de la mano.

   –¿Sucede algo Iskender? —Niego con la cabeza ocultando el nudo gigante que estoy sintiendo en mi garganta. No me atrevo a emitir un mínimo sonido para evitar terminar llorando otra vez. –No pretendas que voy a creerte Iskender. Yo no soy tonta, tú ya no te acercas a mí ni tampoco me buscas, ¿Estás cansado de mí? Por favor abre tus ojos cada mañana, recordando que yo te amo y que estás en mi corazón, jamás lo olvides. Iskender ¿Tú me quieres? Si me ves en problemas, ¿Me defenderías? ¿Así como yo te defendí de Meleksima?

Acaricio su rostro y su cabello con suavidad y asiento con la cabeza. –Si mi Sultana Ayse, te quiero y aprecio mucho todo lo que haz hecho por mí.

No puedo hablar con ninguno de quienes me rodean. El único que puede detener a Safiye y Dilruba es el hijo mayor de la Sultana Kosem, y no estoy pensando en Osmán.

Oye Ayse, ¿Sabes dónde está tu hermano Mehmed? —Ella apunta a un cuarto en lo más alto de La Torre en el Jardín Imperial.

Aquella torre con ventanas hacia el jardín del Palacio, desde las que se puede apreciar toda la maravillosa construcción de este lugar, la mezquita en frente, el Pueblo y el Río del otro lado, y las verdes montañas que nos rodean.

Una vez ya casi alcanzando los últimos escalones para llegar al nivel más alto del lugar, me detengo a calmar mi agitada respiración y a reunir fortaleza mental para hacerle frente con todo a Mi Príncipe. Es de una vez y por todas que debemos dejar nuestras diferencias de lado, para poder salvarnos a todos. Él deberá entender, él debe hacerlo.

Príncipe Mehmed. (Gay)Where stories live. Discover now