Príncipe Mehmed. (Gay)

"Molestias De Mehmed" (3x07)

Príncipe Mehmed.

No me alenté a despertar a Iskender esta mañana.
Y apenas abro las puertas de sus Aposentos veo la cercanía entre ambos.

–Si, ya suéltalo, ahora. —Digo atravesando la puerta de entrada.

–Buenos días Mehmed. —Saluda el Príncipe Phelippe.

–¿Tan temprano por aquí? —Pregunto molesto.

–Si, yo vine a ver a Iskender, hoy saldremos juntos.

Traslado mi vista del Príncipe al Aga, quien luce nervioso y aún con el brazo adolorido.

–¿Qué está diciendo, Iskender?

–El Príncipe Phelippe me invitó a entrenar con él. —Dice suavemente.

–¿Entrenar qué? Tú estás bien como estás.
—Respondo tosco.

–Será una batalla de espadas., veremos quién dura más.

–¿Qué?

–Si quieres puedes unirte, no tengo problema que seamos los tres. Será divertido.

Ya en el Jardín, los Agas alistaron las carpas y también los materiales. Hay escudos y espadas de madera para practicar.

Mi Madre, la Sultanas Halime, Dilruba y Humasha, y también los demás Príncipes hermanos están ubicados allí, observando todo el movimiento.

–¿Tendremos espectadores, eh? —Dice Phelippe.

–Así es, a ellas les gusta apreciar los entrenamientos. —Respondo sin quitarle al vista a Iskender, que no tiene idea cómo ponerse la vestimenta. –Vamos Iskender, no es necesario que participes.

–Vamos ya déjalo. —Phelippe se acerca y por la espalda lo ayuda a ponerse las hombreras y el casco. –Listo, te ves reluciente con apariencia de guerrero.

–Si, pues es solo la apariencia. —Digo burlesco y me hago a un lado. –Yo iré contigo primero, que Iskender vea cómo se hace y que aprenda.

—Phelippe se ubica frente a Iskender. –¿Estás tranquilo con eso? ¿Quieres vernos primero?

–Si, Phelippe, gracias, que considerado preguntarme. —Me hace un gesto despectivo y se aleja.

Nos ubicamos al centro del jardín, un poco alejados de las carpas y las mesas con bocadillos.

Ambos nos posicionamos, frente a frente.
Con las piernas separadas y firmes en el suelo.
El escudo en un brazo y la espada de madera en el otro.

Ambos escudos apuntando al oponente y ambas espadas hacia el cielo celeste que nos rodea. En cualquier segundo luego de posicionarse podemos iniciar el ataque.
Me acerco velozmente sintiendo la mirada de Iskender en mí, Phelippe me esquiva dando un salto hacia un costado, haciendo que la misma fuerza con la que iba a atacarlo termine colisionando mi hombro contra el suelo.