"Fortaleza Rumelí" (4x08)

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Sultana Ayse.

Todos aquellos que se atrevan a menospreciar o a insultar el honor de Iskender lo pagarán, todos ellos pagarán.

A duras penas hemos logrado que mi Padre, el Sultán Ahmed, haya quitado la orden de ejecución de Iskender, a pesar que en la prisión murieron algunos soldados suyos, no se molestó, por que comprendió que yo estuve involucrada.

   –¿Iskender ya se marchó? —Le pregunto a Jennet.

   –Si mi Sultana, él ya se ha ido.

Jennet peina mis cabellos intentando calmar mi estrés. Phelippe se marchó con Iskender, rumbo a la Fortaleza, agradeciendo a mis Padres por el espacio de diálogo que nos brindaron, ignorando el hecho que quedamos ensangrentados con la muerte de ese médico.

Tengo la extraña sensación que mi Padre se refería a algo más, cuando mencionó que Iskender no me era leal.

   –¿Jennet?

   –¿Si Sultana?

   –¿Sabes algo sobre Iskender?

   –No comprendo su pregunta. —Deja de peinarme y me ve a través del espejo.

   –¿Qué ha hecho él, todo este tiempo mientras yo no estuve? —Ella baja la mirada sospechosamente.

   –¿Tiene algo que ver con Mehmed?

   –No mi Sultana, su hermano no tiene algo que ver en todo esto.

A pesar que lo niega, yo sé que el asunto es con Mehmed. Mi Padre le prohibió a Iskender ir a verlo a la sala de médicos antes de ir a la Fortaleza. Ése es el nuevo hogar de mi esposo por ahora, y ni yo puedo ir a visitarlo.

   –El asunto es con Mehmed. —Volteo a verla seria. –Vamos Jennet, estamos hablando de mi hermano y mi esposo, ¿Por qué no quieres decirme?

Jennet se pone nerviosa y comienza a hablar muy rápido diciendo que debe hacer otras cosas, intentando marcharse de mis Aposentos pero se queda de pie junto a la puerta.

Hay ocaciones en las que simplemente me hubiese gustado ser la hija de un Pasha, o de un gobernador, o de un comerciante.

Mi Madre, la Sultana Kösem, nacida en la Isla Cefalonia, vivió una vida libre y feliz con su familia, crió corderos, vió crecer olivos, vió la lluvia caer y el sol salir desde su pequeña cabaña, pero rodeada de amor. Y su vida cambió cuando fue secuestrada, a sus 15 años de edad, para luego ser traída al Harén de este Palacio.

Construcción en la que vive nuestro Sultán del Mundo y su familia. Aquel lugar que parece sacado de un cuento de hadas, pero vivir dentro de estas paredes es un infierno.

Hatchi Aga entra a mis Aposentos y luego de reverenciar con una sonrisa en su rostro se dispone a hablar.

   –¡Sultana! Buenas noticias.

   –¿Qué sucede Hatchi? —Pregunto levantándome.

   –Su hermano Mehmed, ha despertado.

Príncipe Mehmed. (Gay)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora