"Nuevos Amigos" (5x10)

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Príncipe Mehmed.

   –¿Sabes nadar Iskender? —Pregunto adentrándome en el Río. –Vamos ven.

Iskender se encuentra de pie en la orilla solo humedeciendo sus pies. Yigit, Bulent y Ruzgar intentan ahogar el uno al otro en la zona profunda salpicando agua en todas direcciones.

   –No tengo muy buena experiencia con el agua, y recuerda que sigo con mis heridas.

   –Tienes razón, tienes toda la razón. —Me lamento.

Me acerco a él intentando no salpicar agua, quedando con el agua hasta la cadera, con intención de interrogarlo.

   –¿Qué se supone que sucedió en el agua?

Baja su mirada con mucha pena.

   –En mi cabeza toda la historia luce diferente, pero aquella noche, en la que Halime intentó asesinarlos...

Me acerco a él y le indico que se siente en el borde de una piedra, para poder así rodear mi cuello con sus manos y abrir sus piernas para acercarme a él por el medio.

   –Vamos, cuéntame si así lo necesitas.

   –Yo crucé el Bósforo para encontrar a tu Madre para que pudieran ser salvados.

   –¿Fuiste a la Costa Mercante?

   –No. —Niega con su cabeza. –Ellos no quisieron trasladarme, no creyeron que fuese un enviado de la Sultana, intentaron detenerme y huí. Conocí a un muchacho en una Mansión en el borde del río, me quitó la flecha del hombro y me brindó un pequeño bote y remé hasta la mitad del río.

   –¿Remaste teniendo una herida abierta en tu brazo, Iskender? —Digo asombrado. –¿Por qué me lo dices hasta ahora? Yo sólo conocía la historia que corriste mientras me llevaban dentro y en el Antiguo Palacio y llamaste a los Jenízaros.

   –Yo los llamé, si es cierto, pero le pedí a tu Madre que omitiéramos esa parte de la Historia, yo no quiero quedar en ninguno de los registros del Harén, no quiero más nombramientos, ni reconocimientos, ni más regalos, yo solo lo hago por ti y por que te quiero, y a tus hermanos también.

   –¿Pero más a mí, verdad?

   –Si, Mehmed, más a ti.

Me acerco a él y apoyo mi cabeza en su pecho. Él me acaricia el cabello.

   –¿Qué sucedió luego? —Despego mi cabeza de él indicando que continúe la historia.

   –Me desvanecí por las heridas, y cuando desperté un barco gigante estaba a punto de aplastarme, salté del bote y me hundí en el agua. —Mientras lo cuenta, solo me limito a mirarlo sorprendido. –Yo estaba hundiéndome, Mehmed, y yo no estaba luchando, no quería luchar por vivir.
Comienza a llorar. –No podía respirar, iba a ahogarme.

Baja su mirada y con mi mano limpio sus lágrimas de ambas mejillas, le sujeto el mentón haciendo que me vea de frente. Él continúa su relato.

Príncipe Mehmed. (Gay)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon