"Voces" (1x19)

1.6K 191 6
                                    


Iskender

Iskender Aga estuvo observando a la sultana Dilruba durante días. Apenas se recuperó lo suficiente de los mareos del envenenamiento, comenzó a seguirla incluso por los jardines.

Estaba en el balcón de su aposento, mirándola hablar con sus guardias junto a la muralla. Le estaban preparando su carruaje en el jardín imperial. Iskender ya lo sabía. Era la primera vez en toda la semana que ella salía del palacio, e iba con mucha prisa.

Saldré sola Hazim Aga, es innecesario que ustedes me acompañen. —La sultana hizo un gesto con su mano. Se volteó para caminar hacia su carruaje pero el aga la detuvo.

Pero Sultana, no debemos dejarla a solas.

¡Suficiente! —Le gritó mientras lo veía fijo. No pestañeaba. –Solamente iré al templo a orar, no deben preocuparse, y no deben acompañarme, ¿Entendido?

La sultana comenzó a caminar hacia las puertas en la muralla. Iskender se apresuró en bajar al jardin. Estaba yendo a paso rápido por los pasillos hacia la escalera, y se detuvo junto a un pilar. Sintió un fuerte dolor de cabeza, estaba mareado.

No tengo idea... de qué hago aquí aún... yo te odio... —Escuchó esa voz frente a él.

Abrió los ojos asustado, se encontraba completamente solo en el pasillo. Era la misma voz que había escuchado cuando despertó en la sala del médico, pero no podía distinguir a quién pertenecía. Ni si quiera lograba distinguir si era un hombre o una mujer, pero era una voz dentro de su cabeza.

Por un momento creyó que se estaba volviendo loco. Se obligó a regresar a la realidad y continuó su trayecto.



Su carruaje iba siguiendo al de la sultana Dilruba a través de los caminos por el bosque. Ya habían bajado la colina del sultán y se encontraban en las afueras del pueblo. Llevaban una distancia prudente entre un transporte y otro, pues la sultana se daría cuenta que era del palacio con tan solo verlo, no es que hubieran muchos carruajes parecidos en la capital.

¿Dónde estás yendo, Dilruba? —Masculló sujetándose con fuerza del borde del asiento.

Iskender estaba ansioso por saber qué es lo que encontraría. Todos esos días ella había estado muy ocupada, saliendo y entrando al palacio, él sabía que no solo se trataba de una visita a un templo a orar. La sultana Dilruba perfectamente podía hacerlo en la mezquita, sin embargo se encontraban muy lejos de allí.

El carruaje se detuvo junto a una edificación de tres niveles, todo construido en piedra. Iskender le pidió al conductor que permaneciera alejado y que se ocultara tras los árboles.

Caminaba hacia la casa con cuidado de no pisar alguna rama y meter ruido. Se apegó a la fría pared y se deslizó hasta la ventana más cercana. Efectivamente era un templo, pero estaba vacío, y era muy poco concurrido. En el interior vio a dos sujetos hablando entre si, bebiendo té junto a una mesa. Avanzó hacia la siguiente ventana, y encontró nada más que un cuarto vacío.

Maldita sea... —Dijo en voz muy baja agitando los puños.

Continuó su recorrido por todas las ventanas del primer piso, pero no pudo ver nada. Se sentía molesto, defraudado. Se dispuso a regresar a su carruaje pero se detuvo antes de alejarse del muro, escuchó cómo abrían la puerta de entrada.

Príncipe Mehmed. (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora