Príncipe Mehmed. (Gay)

"Eres Un Héroe" (2x18)

Iskender.

Lamentablemente no puedo quitar de mi mente a Mehmed sin sus prendas superiores.
Sus entrenamientos de combate se ven reflejados en la forma de su cuerpo.

Ahora pienso que quizá soy yo quien se ha quedado atrás con respecto a eso.
Me da vergüenza que Mehmed me viera sin prendas, aun que ya lo hizo una vez, pero yo no estuve consciente de eso.

Él me tiene la confianza suficiente como para cambiar sus ropas frente de mí. Yo confío mucho en él, pero esa clase de confianzas, aún no me resultan fácil de cometer.

   –¡Vamos Iskender, ya vístete! —Ríe burlándose de mí.

Le había dicho que no me sentía cómodo con él viéndome sin ropa por lo que vine a mis Aposentos a cambiarme. Y él espero largos segundos fuera y entró sin avisar sólo para molestarme.

Mis ropas cayeron a suelo y me escondí detrás de las cortinas de la ventana, y él se niega a alcánzarmelas.

   –Vamos Mehmed, llegaremos tarde donde tus Padres.

   –Pues ven a recoger tu ropa, Aga, pero hazlo pronto. —Se sienta en el borde de la cama y me observa fijo. –¿No quieres que vea todo tu potencial? ¿Pensabas hacer feliz a mi hermana con solo un par de brazos delgados?

   –Basta Mehmed, no te burles de mí. Siempre he sido débil.

   –Pues no te bastó suficiente fuerza cuando lanzaste a Gokhan... —Lo interrumpo de un grito.

   –¡Mehmed!

Suspira y se levanta de la cama, alcanzando mis ropas y estirando la mano. Estaba a punto de agradecerle cuando jala las cortinas y de una mano me acerca a él, dejándome al descubierto.

Puedo notar el cambio en su mirada, ya no se ve juguetona y luminosa, de pronto su mirada se vuelve seria y fría, y de manera descarada recorre cada linea de mi torso. De un lado a otro, de arriba a abajo, sin ninguna intención de ocultarlo.

   –Por suerte tienes pantalones. —Se voltea y se aleja unos pasos.

   –¿Estás bien?

   –Si... Eso creo —Baja la mirada avergonzado.

   –¿Nunca habías visto a otra persona así?

—Se gira hacia mí. Puedo notar su mirada un poco distraída. –No es eso Iskender, había visto a muchos Agas o a mis hermanos sin camisa... Pero contigo es diferente.

   –¿Qué quieres decir con diferente?

   –Es eso lo que no sé. Simplemente es diferente. Tú eres diferente.

   –¿Por qué no asumes que te decepciona que no soy un Romano musculoso? —Levanta la vista y sonríe.

   –No es necesario que tengas tanto músculo, así como te veo, estás más que bien.

El Príncipe se adelantó al Harén para ver qué sucede. Me acerco a pasos lentos y me cruzo con Jennet.

   –Vamos muchacho, nuestro Sultán y la Sultana Kosem te esperan.