Príncipe Mehmed. (Gay)

"Odio" (1x08)

Iskender

   –¿No piensas responderme? Es una orden de tu sultana, Iskender Aga.

La sultana Kösem lo miraba con los ojos bien abiertos. Estaba ansiosa por escuchar la respuesta e Iskender no se decidía. Había repasado todo el escenario en su cabeza un par de veces. Finalmente, se decidió.

   –Osmán es inocente, mi sultana.

El príncipe Mehmed lo miró con decepción. Una enorme tristeza inundó el pecho del aga. Sintió culpa al haber dicho la verdad. El príncipe Osmán rescató a Meleksima Hatun y la convirtió en concubina. El príncipe Mehmed no tenía derecho alguno en acusarlo de quitársela.

Iskender retrocedió cuando vio a su príncipe acercarse furioso. Le tuvo miedo. Para su suerte, la sultana lo detuvo jalándolo de un brazo y lo volteo hacia ella.

   –¿Por qué empezaste la pelea?

   –Por Meleksima Hatun, madre. —Dijo el príncipe Osmán. La sultana entendió enseguida y se dirigió al príncipe Mehmed.

   –Meleksima es de tu hermano, tienes que entenderlo. En unos años, tendrás tu propio harén. Osmán es inocente en todo esto, ¿Entiendes lo que provocaste?

   –Él siempre es inocente, ¿Verdad? —Le tembló la voz.

El príncipe salió furioso del aposento. La sultana no se lo impidió.

   –No puedo creer que golpeaste a tu hermano, ¿Cómo pudiste? No es lo que yo te he enseñaso.

   –Él me provocó, madre.

   –No quiero que se repita otra vez. No puedes golpear a tus hermanos.

El príncipe Osmán le asentía en silencio a su madre. Ella miró a Iskender y le hizo un gesto con la cabeza para que se fuera.
Salió al pasillo y corrió de regreso a los aposentos de su príncipe, supuso que lo encontraría allí.
Se detuvo afuera de la puerta y se esforzó en recuperar el aliento. Estuvo a punto de abrir la puerta cuando recordó la mirada severa con que lo veía desde el suelo. Iskender sintió miedo de enfrentar a su príncipe.

Cerró los ojos con fuerza y se obligó a borrar ese sentimiento. Abrió las puertas con fuerza y entró. Todo estaba oscuro, solo entraba la luz de la luna por las ventanas. Vio la silueta de su príncipe, sentado en la silla mirando hacia afuera. Dio un par de pasos para acercarse, y sintió una presencia detrás suyo. Era la sultana Kösem.

Encendió un par de velas y se quedó de pie en la entrada, la puerta estaba cerrada.
La sultana se sentó junto a su hijo, y lo miró en silencio. Intento tomarle la mano pero él se la arrebató.

   –¿Por qué te comportas así? Mehmed, ¿Por qué hiciste todo esto?

   –¿Por qué nunca me has querido, madre? —Voltea a verla llorando. –No tengo ningún valor ante tus ojos... Siempre Osmán será el bueno.

   –¿Por qué dices eso mi León? Todos mis hijos son iguales para mi. Los amo a todos ustedes.

   –Tú no me amas. Acéptalo. Siempre es Osmán, él es tu favorito. Siempre es el superior. El más exitoso en los estudios, el mejor arquero, quien mejor usa la espada. Incluso te ama más que yo, ¿Verdad? Es como si yo fuese de otra madre, y no él.