"Las Sospechas De Ayse" (5x11)

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Príncipe Mehmed.

Mehmed acaba de decirme que ya somos amigos. —Dice Ruzgar quitando a Iskender de encima de Yigit.

¿Con que amigos, eh? Eso que se conocen hace menos de un día. Debes agradecer que sigues vivo, casi nos matas del susto cuando llegaste corriendo de madrugada —Dice el otro aspirante a Jenízaro.

   –Ya me disculpé por eso. —Se lamenta.

Ambos me caen bien. —Sonrío. –Los tengo en consideración, a los dos. —Siento la mirada de Bulent. –A los tres, digo, a los tres.

Es gracias a Iskender que he aprendido poco a poco a abrirme a las personas. Toda la vida fui siempre tan solitario, mis amistades eran solo Agas, jamás me gustó jugar con Osmán, y mis otros hermanos eran demasiado pequeños como para compartir más allá de las comidas y reuniones.

La noche anterior dormíamos plácidamente luego de comer, y las ramas quebrándose y un inmenso alboroto de sonidos de metales chocando entre sí nos despertaron de mala forma en plena oscuridad.

Los gritos de Bulent y los golpes que le daba a Yigit creyendo que era un ladrón avivaron mucho más el pánico. Iskender rápidamente salió de la carpa con su daga en mano y cayó sobre el niño que recién aparecía.

   –¿Tú quien eres? —Dijo Iskender. –¿Qué quieres de nosotros?

   –¡Suéltelo por favor, es amigo, es amigo! —Gritó Bulent.

   –¿Lo conocen? —Salí de la carpa frotando mis ojos.

   –Es Ruzgar, Príncipe, nuestro amigo, le habíamos dicho que vendríamos pero no creímos que realmente apareciera por aquí.

   –Hola chicos. —Dijo el niño nuevo estando contra la tierra con Iskender encima. –¿Le molestaría quitarse Señor Tarkan? Ya no siento mi pierna.

Iskender se quitó y se disculpó, encendimos nuevamente la fogata y comimos de lo que traía el chico en unos tarros de metal.

   –Esto está muy bueno, ¿Qué es? —Pregunté disfrutando la carne.

   –Me lo regaló un chico del Pueblo, dice que es de otro territorio, dijo su nombre pero lo olvidé en el camino. —Respondió el niño.

   –¿Me dices tu nombre otra vez? —Le pregunté.

   –Soy Ruzgar, Príncipe, es un gran honor para mí encontrarme frente a ustedes y compartir la comida, en el Cuartel siempre dicen que si tenemos mucha mucha suerte, algún día llegaremos a estar en servicio en el Palacio cuidando al Sultán, y más allá de eso, veremos a su familia pasar por los pasillos, y eso sería nuestro momento máximo de gratitud por todo el esfuerzo de ser Jenízaro y guardias del Palacio, sin embargo aquí me encuentro, hasta dialogando con usted.

   –Eres muy amable, Ruzgar, por lo visto serás un integrante más de nuestro grupo secreto. —Le respondí cordial.

La noche avanzó y dormimos lo poco que quedaba antes del amanecer. La fogata sirvió para calentarnos un poco, el frío era lo suficiente como para hacernos temblar. Los cinco nos acomodamos al interior de la carpa extendida de Bulent y dormimos profundamente.

Príncipe Mehmed. (Gay)Where stories live. Discover now