"Disputa Y El Amor" (3x13)

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Tarkan Iskender Aga.

Tras tocar la puerta dos veces y recibir una nula respuesta, me atrevo a ingresar a los Aposentos de Kösem.

Le reverencio y la saludo.

   –¿Sucede algo Tarkan?

   –Si, mi Sultana.

   –¿Es sobre mi hijo? —Se pone de pie.

   –No, mi Sultana, se trata de nuestro Sultán.

   –¿Qué sucede con Ahmed? —Se acerca a mi y  cruza sus brazos. –Ten cuidado con lo que vayas a decirme.

   –¿Es cierto que él está enfermo?

   –¿Quién te dijo esa mentira? —Su rostro se contrae con molestia.

   –Lo escuché del Gran Maestro, en la sala de Medicinas.

Su rostro se relaja y regresa a su asiento, se inclina hacia adelante mirando el suelo.

   –¿Se lo dijiste a alguien más? —Le niego con la cabeza. –Bien hecho, por favor retírate.

Enmudecido y sintiéndome algo torpe por lo que acababa de suceder, me marcho de sus Aposentos.
A decir verdad creo que no planeé muy bien nuestra conversación. La Sultana Kösem lucía preocupada, debe tener mil y un problemas por resolver.
Creo que necesito de Mehmed para resolver este asunto.
Con eso y nada más que eso en mente me dispongo a ir a sus Aposentos.



Golpeo la puerta dos veces y nuevamente nadie responde. Las intento abrir pero no se mueven.

   –¿Está todo bien? —Pregunto a través de la ranura. –¿Principe?

Es muy tarde como para que siga durmiendo o esté reposando, no es normal esta conducta en Mehmed, al menos no en estos tiempo.

   –¡Mehmed! —Grito hacia el interior.
Vamos, abre o iré por los Agas para que las rompan. —Espero unos segundos y nada nuevamente. –¡Mehmed! ¡Ya abre!

Apenas sentí un poco de angustia todo se acabó, las puertas fueron abiertas y él estaba frente a mí.

¿Phelippe? —Digo contemplando su rostro sucio y su cabello desarreglado. –¿Dónde está Mehmed?

Phelippe se hace a un lado, dejándome ver la blanca, temblorosa y marcada espalda de Mehmed cubierta solo por las delgadas sábanas.

Ingreso a los Aposentos y cierro la puerta de un fuerte golpe y poniendo seguro.

¡PERO QUÉ DEMONIOS SUCEDE AQUÍ!

Creo que jamás en mi vida había gritado tan desesperado, fuerte, al borde del llanto y del colapso.

Mi Mehmed estaba sin sus vestimentas, solo cubierto por las sábanas de la cintura hacia abajo. Y estaba con Phelippe. El muy desgraciado sabía que él estaba aquí solo y aún así en el Jardín me ofreció escapar.

Príncipe Mehmed. (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora