"Isla Refugio" (8x04)

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Eren Aga.

–¡No puede ser, Tarkan Iskender!

Mi sorpresa es tal, que me suelto de la cuerda, y de no ser por que él me sujetó, hubiera caído de regreso al agua, sobre Sam y el chico que lo rescató.

Me sube a bordo y me abraza con energía.

¿Qué haces aquí? —Pregunta viéndome a los ojos.

Me tomaron a la fuerza hace unos días, estoy feliz de verte.

Miro tras de él y veo a todos los chicos que estaban bajo cubierta conmigo, arrastrando los cuerpos de quienes nos secuestraron.

Ven conmigo. —Dice Tarkan.

Caminamos entre los chicos que trapeaban la sangre de los tablones del suelo. Subimos una escalera y entramos en un cuarto con un escritorio y un par de sillas. Se detiene a ofrecerme una fruta del mesón, la acepto y la devoro en cortos segundos.

¿Qué fue todo eso ahí fuera? —Pregunto.

Acabamos de liberar a un montón de jóvenes destinados a ser esclavos, y ahora este barco nos pertenece.

–¿Qué?

–Esto es lo que hago ahora, Eren, con mi grupo atacamos barcos de esclavos para liberarlos. Llevábamos planeándolo unos días pero cuando vi que te sacaron de abajo y te arrojaron amarrado al mar, tuve que apresurar las cosas y atacar rápido.

–En serio te lo agradezco, creí que perdería a Sam.

–¿Es tu amigo?

–No, no, apenas nos conocimos antes que nos lanzaran, pero... Ya sabes, luego de lo de la Cabaña, y Yigit y Ruzgar... Supongo que me hizo apreciar un poco mejor a quienes me rodean.

–Sus muertes te sensibilizaron, demasiado para mi gusto. —Dice con dureza.

Supongo que no eres el Tarkan que recuerdo, no lo digo en un mal sentido.

–Tarkan ya no existe, solo soy una versión madura de Iskender, Tarkan murió quemado en aquella Cabaña.

Su mirada es tosca y fría. Con ambas manos sobre la mesa como si se preparara para atacar a alguien, siempre a la defensiva. La dureza con la que me habla y mira, me hace sentir incómodo cada cierto rato, pero es su amabilidad y preocupación la que me aclara que no estoy en peligro junto a él.

¿Dónde nos dirigimos ahora? —Le pregunto con cautela.

Rumbo a una Isla, la tomamos a la fuerza junto con el primer grupo de esclavos liberados, vivimos allí y agrupamos los barcos.

–¿Tienen más de estos? —Señalo hacia las paredes.

Se levanta con brusquedad del escritorio y camina a paso calmo por el cuarto, hasta quedar tras de mí. Sin voltear siento cómo se acerca a mi oído.

¿Sabes cómo llegué al Palacio del Sultán del Mundo? —Susurra. Le niego con la cabeza. –Verás Eren, fui secuestrado, de mi linda cabaña en la Tundra, y no he vuelto a ver a mis Padres y mi hermana, mis hermanos intentaron rescatarme del Palacio, pero los traicionaron y los asesinaron. Los perdí. Si jamás hubiese llegado allí, con el Sultán y su familia, la mía se encontraría unida y feliz como siempre, ellos destruyeron mi vida, y yo destruiré la de ellos.

–¿Qué... Qué planeas, Iskender? —Hablo con lentitud en cada palabra.

Entrenaré a cada uno de estos jóvenes esclavos, que con su gratitud por su libertad, pelearán junto a mí, yo mismo los entrenaré.

Príncipe Mehmed. (Gay)Where stories live. Discover now