Príncipe Mehmed. (Gay)

"Mehmed Y Berker" (6x11)

Príncipe Mehmed.

   –¿Cómo es que dices que perdiste mi libro? —Pregunto a Tarkan.

Da vueltas por el Aposento repitiendo uno a uno los movimientos que utilizó para derribar a unos sujetos.

   –Una pelea con un Aga. —Responde distraído.

Me levanto de la silla y me acerco a él.

   –¿Qué? Tarkan, ya basta, deja de dar vueltas. No entiendo de quién me hablas o qué dices, ¿Cómo pudiste perder algo que te regalé?

   –Un "Amigo", a quien le di una paliza.

   –No me has dicho qué sucedió o cómo sucedieron las cosas, ¿Vas a hablar?

   –No quiero ocasionarle problemas a Bulent, por lo visto siempre agravo las cosas, al pequeño le haría bien hablar contigo. Al golpearlos tal vez provoqué que hostiguen a Bulent.

   –¿Te refieres a la pelea del Aga?

   –Hazte cargo por favor, toma el mando de la situación y evita una pelea entre todos nosotros, no más guerras.

   –¿Lo que ocurrió fue una pelea? —Lo observo a los ojos y noto rojez en ellos. –¿Bebiste más de la cuenta?

   –Si.

   –Ag, está bien, no me cuentes, iré a hablar con Bulent y me lo dirá todo. —Me quedo en silencio y no responde. –Ya no me digas nada, iré yo.

Tarkan estuvo presente en una celebración de Osmán y Meleksima, para variar yo no estuve ahí, ya puedo oír los reclamos por la insolencia de mi ausencia. Pero Iskender si estuvo ahí, y le dieron a probar un vino de hidromiel traído como obsequio desde las Islas al sur del Mar Egeo.

Es comprensible que se haya mareado y no logre hilar una conversación coherente.

Mis escoltas se acercan a las puertas del Cuartel anunciando mi llegada para iniciar la visita.
El día de hoy nada de carruaje, ni viajes cómodos como una Sultana. Con los dos Jenízaros escolta descendimos de la Colina del Sultán montando caballos dignos de nuestra montura.

Se escucha en el fondo cómo uno de los Jenízaros comandante de entrenamientos me anuncia: "Atención, Príncipe Mehmed", como es de costumbre.

Todos los Aspirantes enfilados sobre la arena de entrenamiento, con la vista clavada en un horizonte lejano, sus brazos tiesos y sus cabezas altivas.

   –Buenos días comandante.

   –Nos encontramos agradecidos de su distinguida presencia mi Príncipe. De haber sabido que vendría hubiésemos tenido un recibimiento acorde a su altura.

Me quedo en silencio viéndolo algo estupefacto ante tanta adulación. Puedo tener la certeza que es nuevo en el Cuartel y es primera vez que se encuentra ante alguien de la Familia Imperial. Por lo general los demás se acostumbran rápido a nuestra presencia.

   –Comandante, mi hermano, nuestra Majestad Osmán Khan me ha permitido observar los entrenamientos de los Aspirantes a Jenízaros este período.

   –Estaremos encantados de su presencia y también de su posible participación.

   –¿Participar? —Sonrío amable. –Pues eso ya lo veremos.

Caminamos por el segundo nivel de la edificación, atravesamos un par de pasillos y nos adentramos dentro de la zona de los Aspirantes. El Sol comienza a desaparecer tras las nubes y las montañas y da una sensación de rojez en todo el lugar.