"Dudas" (1x17)

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Iskender

Estaban durmiendo plácidamente en sus aposentos. La sultana Ayse estaba apoyada sobre el pecho de su esposo. Él despertó lentamente y la observó fijamente. No se sentía cómodo con la situación. Estaba en guerra, dentro de ese palacio, se había casado. Tenía todo lo que jamás hubiese imaginado, sin embargo, deseaba regresar a su humilde e ignorante vida.

Buenos días. —Lo saludó Ayse con una sonrisa. Él se limitó a sonreírle de vuelta. –¿No pensabas despertarme?

–Te veías bastante cómoda sobre mi pecho, no quería interrumpirte. Tal vez deberíamos prepararnos para el matrimonio de tu hermano.

–Ya eres mi esposo, Iskender. —Ayse lo miró a los ojos. –Puedes considerar a mis hermanos, como tuyos.

Se sentía incómodo con la idea de tratar a Mehmed como un hermano, aún cuando le había dicho directamente que lo odiaba. Sus hermanos lo trataban mal en ocaciones, pero jamás lo habían insultado así.



Cuando las concubinas entraron a sus aposentos con sus vestimentas, Iskender se vio en la obligación de desnudarse frente a ellas. Pudo escuchar cómo una de las muchachas le decía a la otra lo guapo que él era.

Por su tonalidad pálida, le escogieron ropas de color rojo oscuro y opaco, junto con un turbante negro con lineas horizontales. Iskender creía que se vería un poco ridículo con tantos detalles y accesorios, hasta que se vio frente al espejo, y casi no se reconoció. Se quedó de pie mirándose fijo, no podía creerlo.

Se ve muy bien, eso se lo aseguro. —Le dijo una concubina.

   –Te ves espléndido, amor. —Ayse le sonreía.

Le habían entregado a la sultana Ayse un hermoso vestido celeste con pequeños detalles dorados y negros, era un trabajo refinado y reluciente, nadie jamás podría vestir algo así, excepto que sea la hija mayor del sultán del mundo.

Una concubina entró con una pequeña bandeja de plata cubierta. Se acercó a ambos y les ofreció el bocadillo que traía.

El príncipe Osmán les envía esta cortesía. Ambos fueron preparados para ustedes de manera específica. Aquél es suyo, sultana. —Dijo señalándolo.

Ayse tomó el suyo y lo comió, luego tomó el de Iskender, y lo acercó a su boca. Había sido un momento tan incómodo cuando ella intentaba dárselo en la boca y él se rehusaba, que incluso las concubinas desviaron la mirada. Finalmente Iskender accedió y se lo comió,



¡Atención, la sultana Ayse y su esposo hacen arribo! —Gritó el guardia junto a las puertas del harén.

Las concubinas, músicos y agas detuvieron todo lo que hacían y los reverenciaron con respeto. Iskender les sonreía con amabilidad. No podía olvidar que en un comienzo, él estaba en su mismo lugar.

Avanzaron por el lugar y se acercaron a las mesas en el fondo. Allí se encontraba la sultana Kösem y los príncipes y sultanas pequeñas. Iskender reverenció ante la familia imperial y la sultana le señaló dónde tomar asiento, estaría ubicado junto a los príncipes, entre Murad y un asiento vacío. Quiso pensar que sería para Osmán, lo suplicaba.

Príncipe Mehmed. (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora