"Sin Retorno III" (1x23)

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Príncipe Mehmed

El príncipe se encontraba tomando aire fresco. Estaba atardeciendo y se sintió abrumado dentro de sus aposentos. Había paseado por el jardín imperial y los alrededores del palacio, se detuvo cuando llegó hasta la pequeña laguna del jardín privado del palacio. Miraba el diminuto oleaje que la brisa formaba en la superficie del agua.

Respiraba profundo, y liberaba el aire en sus pulmones. Estaba tranquilizándose, cuando desde la distancia del jardín, vio a su hermana Ayse, paseando del brazo junto con Iskender. Estuvo a punto de darse la vuelta y salir de allí, pero se convenció durante largos segundos de que no debía actuar como un cobarde.

Mehmed no pudo evitar recordar cuando Iskender y él se habían peleado, una de sus primeras discusiones. En esa ocasión, vio a su aga sentado solo, encima de un pequeño muro de piedras, Mehmed estaba muy nervioso, tenía intenciones de entregarle su confianza a Iskender. Le pidió disculpas, y le preguntó si lo perdonaría, e Iskender aceptó. Su aga le había dicho que estaba para servirle, y Mehmed, por primera vez en mucho tiempo, se sintió reconfortado. Estaba confiando en él.

Le frustraba mucho el cómo habían ocurrido las cosas. Mehmed no podía superar que Iskender lo había abandonado para escapar donde su familia con objetos robados, o eso es lo que le habían dicho, entre otras cosas más. Lo detestaba y le ocasionaba mucha amargura verlo pasear junto a Ayse.

La pareja no lo había visto. Parecían estar discutiendo, Ayse le dijo unas últimas palabras a Iskender, antes de marcharse furiosa del lugar. Mehmed no alcanzaba a escuchar lo que habían dicho, pero su lenguaje corporal había dejado más que claro que se habían peleado.

Las cejas del príncipe se apretaron en el momento en que vio a Gokhan aparecer de la nada. Se acercaba a Iskender por detrás. Mehmed se molestó lo suficiente como para demostrar su presencia allí, no entendía por qué estarían hablando a solas y en la noche, cuando supuestamente se odiaban. Sintió temor cuando pensó en la idea de que Iskender podía estar convenciendo a Gokhan de algo.

La silueta de baja estatura de Gokhan, se alejaba de Iskender. Vio como dio la vuelta a la laguna y caminó hasta él.

   –Buenas noches, príncipe. —Gokhan lo reverenció.

   –¿Estabas hablando con él? ¿Vas a explicarme eso?

Gokhan no le contestó enseguida al príncipe. Eso le dio tiempo suficiente para ver la sombra de Iskender caminar junto al borde de la laguna y dirigirse hacia ellos.

Príncipe, buenas noches. —Iskender reverenció al príncipe. Mehmed no ocultó su sorpresa, era la primera vez que hablaban desde ahce mucho. –Lamento interrumpirlos.

–Ya lo hiciste, dime qué es lo que deseas. —Le respondió tosco. Apretaba el mentón y sus puños. Sentía mucha ira en su interior y en cualquier momento escaparía.

Deseo hablar con su aga, ¿Es eso posible? —Le preguntó Iskender mirando a Gokhan.

¿Ocurre algo malo entre ustedes dos? ¿Algo de lo que yo deba tener conocimientos?

–Con todo respeto, príncipe, si fuese de su incumbencia, lo hablaría aquí mismo.

–¿Con todo respeto? ¿Así es como tratas a tu príncipe? —El príncipe Mehmed se molestó.

Fue sin intención de ofenderlo. Pero es un asunto importante que solo debo tratarlo con él.

Bien, pues retírense ambos. —Ordenó.

Se alejaban caminando a paso rápido. Mehmed se volteó dispuesto a dirigirse a sus aposentos. Se repetía una y otra vez que no debía involucrarse en asuntos que no le competían, pero no logró contenerse lo suficiente.

Se regresó hacia la laguna pero no los encontró. Los había perdido de vista. Caminó hasta una zona más alta, por detrás de los rosales de su madre. Tal vez desde la altura, podría verlos mejor. Solo las antorchas iluminaban la oscuridad del jardín.
De pronto, vio pasar a su hermana Ayse con prisa, iba rumbo a un conjunto de árboles junto a las murallas.

¿Qué sucede ahora? —Murmuró.

Se apresuró en bajar las escaleras. Se tropezó con el último peldaño y cayó con brusquedad al suelo. Se quejó de dolor, se había lastimado un brazo. Recuperaba el aliento mientras se ponía de pie nuevamente. Los había perdido a todos de vista, a Gokhan, a Iskender y a Ayse, no entendía qué ocurría esa noche.

Se adentró en la oscura arboleda. Veía el fuego de una antorcha, muy adentro del lugar. Las interrogantes le invadían la cabeza, sabía que si regresaba a sus aposentos, no podría dormir, su cabeza estaría repasando el asunto una y otra vez.

No quería ser visto, caminaba hacia la antorcha en medio de la oscuridad, pero se encargaba de estarla rodeando, no de ir directamente hacia ella. Escuchaba la pelea, supo que Gokhan e Iskender discutían. Reconocía sus voces a la perfección. Escuchó un tropiezo en la oscuridad que llamó su atención. Sus ojos se acostumbraron al negro de la noche y pudo ver a Ayse tumbada en el suelo. Estuvo a punto de ir a ayudarla cuando escuchó cesar la discusión entre sus agas. Estaba escondido detrás de un tronco, ninguno de ellos podía verlo.

Fue en ese momento cuando vio la traición de Iskender. Nada le quitaba de la mente, que él era quien había convencido de eso a Gokhan. Nunca había mostrado esas intenciones, ni cuando estaban a solas. Mehmed pensó en que Iskender había pervertido a Gokhan y que ambos estaban traicionando las normas, y buenas costumbres del palacio de su padre. No podía permitirlo, pero no estaba logrando contenerse.

Caminó en la oscuridad alejándose de ellos. Sentía sus lágrimas caer por sus mejillas, no entendía por qué estaba triste, ni por qué lloraba. No podía quitarse de la cabeza a ambos agas, juntos, en medio del bosque y la oscuridad. Habían buscado un espacio a solas, para cometer sus perversiones.

Mehmed se detuvo junto a la muralla exterior y se dejó caer hacia el piso. No le importó ensuciarse. Estaba angustiado, respiraba agitado y lloraba desconsolado. Más que traicionar al palacio y al sultán, le importó que él se sentía así. Estaba dolido.

Príncipe Mehmed. (Gay)Where stories live. Discover now