Príncipe Mehmed. (Gay)

"Tratado De Paz" (3x05)

Príncipe Mehmed.

Podía sentir su respiración agitarse. Su pecho se inflaba y liberaba aire con mucha más rapidez que de costumbre.
Mis manos tocaban las suyas y la humedad entre ellas se notaba.

Lo tenía a él, a Iskender, tan cerca de mí, su respiración llegaba a mi rostro, mis labios estaban temblando igual que mis manos, quería devolverle lo que me había dado, pero esta vez apreciarlo un poco más.

Simplemente Murad debía abrir esa puerta y vernos a ambos en el suelo, conmigo encima de Iskender y sosteniendo sus manos dejando su blanco torso al descubierto.

Los tres nos encontramos sentados en el balcón mirando hacia el Río y las Montañas.

   –¿Así que ustedes son Amantes? —Pregunta Murad.

Iskender y Yo formamos un alboroto bullicioso intentando contradecir aquello que acaba de decir el pequeño, intentamos encontrar palabras para explicar la situación y Murad levanta ambas manos para callarnos.

   –No les entendí ni una sola palabra, ya cálmense, no le diré a ninguna persona de este Palacio.

Libero un suspiro largo.

   –Nosotros estábamos solamente hablando. —Digo intentando relajarme.

   –Yo ví que tus labios iban directo a los de él.
—Responde serio. –Vamos chicos, soy de confianza, pueden decírmelo.

   –La verdad, pequeño Príncipe, es que jamás ha sucedido algo entre tu hermano y yo.
—Finalmente Iskender se defiende. –Esto fue algo del momento, estábamos peleando y nos caímos y tú entraste, nada sucedió.

   –Nada sucedió por que yo llegué. —Lo corrige.

   –Ya basta Murad, te estamos diciendo que nada sucede entre nosotros.

   –Quizás ustedes dos están pasando mucho tiempo juntos, y eso los está dañando.

   –¿Dañando? —Pregunta un Iskender muy inquieto.

   –No es normal ver esa conducta entre un Príncipe y su Aga, jamás lo he leído en un libro o que el Maestro lo haya mencionado.

   –Es por que los asesinan, Murad.
—Murmuro.

–¡No quiero que les suceda eso! ¡Prometo quedarme callado! —Responde asustado.

–Calma Murad. —Dice Iskender. –Nada nos sucederá, por que entre Mehmed y Yo nada sucede.

–Pueden creer que me engañan, pero yo sé que él prefiere estar contigo que con las concubinas, y tú con él, que con mi hermana Ayse. —Camina hasta la puerta. –Cambien sus ropas pronto, los estaré esperando en el Harén para que se sienten junto a mí.

Luego de la salida de Murad, Iskender descansa su cabeza en mi hombro y permanecemos en silencio viendo la noche.

–¿Qué pensabas hacer Mehmed? Simplemente me levantaste la ropa y me tocaste.