"El Regimiento De Bulent" (7x02)

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Bulent Aga.

El nuevo grupo de reclutas entra al Regimiento por la enorme puerta de madera hacia la arena de entrenamientos. Muchos de ellos, reclutados a la fuerza, y otros voluntarios con intención de tener un mejor futuro para ellos y sus familias.

El comandante en jefe del Cuartel les da una estricta bienvenida y les indica las consecuencias que tendrán que pagar si llegan a cometer alguna de todas las faltas que les mencionará. Exactamente el mismo discurso que nos dieron a mi grupo y a mí cuando llegamos al Cuartel de la Capital por primera vez, hace ya cuatro semanas.

Lo observo todo desde una de las ventanas interiores del tercer nivel de la robusta edificación. Construida casi en su totalidad con firmes rocas y detalles toscos de madera en bruto.

Luego del incidente en la cabaña, con Mehmed, Tarkan Iskender, Eren, Yigit y el malnacido de Berker, y luego de testificar los hechos sucedidos, fui felicitado en nombre del Trono Otomano por mi lealtad al Imperio, no imagino qué cosas habló Mehmed sobre ti, como para que el Sultán me ascendiera de grado de Aspirante, ahora tengo el mismo rango educacional que el grupo de Berker Aga. Una semana después, me fui de la Capital.

Estas semanas han sido realmente tortuosas para mí. La soledad de haber perdido a mis amigos Ruzgar y Yigit. La última vez que vi a Eren y a Mehmed fue esa noche en la que él cojeaba a mi lado e intentaba sostenerlo mientras la cabaña ardía detrás nuestro. En el juicio ni si quiera nos cruzamos, no los volví a ver.

Y ni hablar de mis constantes visitas al Palacio del Sultán para visitar a Tarkan Iskender, el héroe que me daba ánimos de continuar adelante, de salir del agujero en que constantemente caigo cuando me siento sin salida. No estaba en mis planes conocerlo, pero me enseñó un montón sobre la vida y lo que es luchar. Pero todos esos recuerdos y calidez ocurrieron lejos de aquí, muy, muy lejos.

Casi una semana de viaje a pie, y otra entera en carreta, para llegar hasta esta enorme montaña rocosa y helada, pareciera incluso que estamos sobre las nubes, aun que es poco probable, pero siempre nos encontramos rodeados de una densa neblina que da un aspecto lúgubre y húmedo.

Eso se ve reflejado en nuestras vestimentas, no son ni parecidas a las que utilizábamos en el Cuartel de la Capital. Todo el tiempo tenemos frío, y utilizamos gruesas chaquetas de cuero y una larga tira peluda en la zona del cuello. Aun que en los entrenamientos tenemos prohibido utilizarlas, son solo para estar en el comedor o estudiando con los Maestros.

Los entrenamientos son impresionantemente estrictos y disciplinados, el frío, cuando entrenamos al aire libre nos llega hasta los huesos, muchos han perdido el conocimiento en pleno entrenamiento de espadas y escudos, y algunos no logran controlar bien los temblores de sus brazos.

Desde el fondo del pasillo veo doblar a Volkan, el primer chico que me recibió bien en este frío lugar y me enseñó cómo quitar el mal olor a mi chaqueta de cuero de animal.

¿Qué haces Bulent? Deberías estar en la bienvenida de los reclutas griegos.

–¿Vienen de Grecia?

–Eso fue lo que escuché. —Se asoma a la ventana junto a mí a mirar las filas de chicos. –Dijeron eso por sus rasgos físicos, ya sabes, su nariz y sus ojos, los delatan.

–Ojalá fueran chicas. —Me lamento.

¿Crees que una chica vendría hasta aquí arriba? A este horrible y húmedo lugar, ninguna chica vendrá jamás, es imposible.

–No seas pesimista Volkan, no siempre miraremos chicos desnudos en los baños solo para ver algún cuerpo que no sea el nuestro, ¿O si? Alguna vez, y espero que no ocurra muy lejano a este tiempo, tendremos que ver chicas, y compartir un momento agradable.

–Momentos agradables, tendremos muchos en la vida, te lo aseguro, mi abuela tuvo nueve hijos y mis padres tuvieron seis, yo soy uno de los de en medio.

–Déjame adivinar, ¿Te enviaron aquí por mejores oportunidades?

–Voluntario o no voluntario, de todas formas me iban a secuestrar, pero cuando mis padres escucharon la noticia de que habían llegado al Pueblo donde nací, decidieron entregarme.

–Es curioso, a mi me sucedió algo similar, quisieron deshacerse de mí y en lugar de enviarme a algún barco mercante como ayudante del Capitán o bodeguero, mintieron diciendo que éramos cristianos, los soldados me tomaron enseguida y me llevaron.

–¿No eres cristiano?

–Claro que no, ¿Por qué creerías eso?

–Jamás te he escuchado orar o decir alguna frase como: "Oh por Alá" o "Bendito sea Alá por su misericordia" o ya sabes, incluso... —Se silencia luego de que lo hago callar con mi mano en su boca.

Está bien, me quedó claro, ya no sigas Volkan, basta.

Retira mi mano de su boca y se limpia con la manga de su chaqueta.

Quiero que sepas que pudiste hacerme eso, solo por que yo te lo permití.

Nos quedamos viendo serios, y luego de un intercambio de sonrisas llegan las carcajadas.

Hagamos acto de presencia allí abajo, quizás el comandante nos tenga en consideración para algo.

–Tienes razón, debemos ir a marcar territorio ante esos novatos.

Caminamos por el pasillo de madera, escuchando crujir las tablas bajo nuestros pies, luego de unos días esos molestos sonidos de madera dejan de ser captados por nuestros oídos, todos me lo dijeron en un comienzo y no les creí, pero resultó ser una realidad más que un mito.

Llegamos a las escaleras principales y bajamos hasta el primer nivel.

¿Listo para sentir el frío?

Volkan se adelanta a mí y se apoya con ambas manos contra la gruesa madera de las puertas empujando hacia afuera. Libera un pequeño quejido de esfuerzo y se abre hacia el exterior, hacia la arena de entrenamientos.

Una fuerte ráfaga de viento ingresa al salón principal y revuelve nuestros cabellos con violencia. Cierro mis ojos al sentir el frío en contacto con mi piel. El aire es muy helado y provoca que nuestras narices y mejillas se enrojezcan, la humedad del ambiente y la neblina rodea a los novatos formados en la arena.

Todos ellos tiemblan notablemente por el frío, se nota que intentan disimular pero no lo lograrán, a día de hoy yo aún no lo consigo.

Príncipe Mehmed. (Gay)Where stories live. Discover now