"Bulent" (5x13)

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Tarkan Iskender Aga.

Luego que Ayse se marchó con su Madre al albergue del Pueblo, Mehmed y yo tuvimos una pequeña discusión en el Aposento, no puedo creer que me dejó hablando solo, cuál es su problema, en ocaciones me canso de todo lo que sucede.

Camino por los jardines del Palacio, pasando junto a la laguna y las carpas solitarias.

A lo lejos veo a un chico aspirante a Jenízaro caminando cabizbajo. Con notable melancolía.

¿Bulent? —Grito a la distancia.

Levanta su cabeza y trota un poco para alcanzarme más rápido.

¡Hola Iskender! Estaba buscándote. —Dice animoso, o fingiendo ánimos.

¿Te encuentras bien? Tengo la sensación de que caminabas triste o pensativo, si algo sucedió puedes decírmelo.

Baja su mirada y asiente con la cabeza. Procede a quitarse los zapatos y se sienta en un borde de la laguna mojando sus pies.

No pretendas que haré eso mismo. —Río.
Hoy en la mañana amanecí algo delicado, no planeo enfermarme.

–¿Podemos simplemente fingir que ninguno de los dos tenemos problemas? En ocaciones mi corazón me exige una vida normal.

–¿Una vida normal? Qué puede significar eso.

–Ya sabes, Iskender, una vida común, en las cosechas, o en las montañas, viviendo en paz, sin pagar impuestos o sin recibir órdenes o ser mal tratado por todos.

–Déjame recordar que yo crecí en una pradera con mi familia, y aún así en ocaciones debía hacer cosas que no eran de todo mi agrado.

–¿No lo eran? —Pregunta con voz infantil.

No, pequeño Bulent, odiaba ir de cacería. Odio tanto cuando recuerdo que regresamos unos días antes de ese viaje, si no hubiese sido por mi, nunca me hubieran secuestrado y obsequiado al Príncipe Mehmed, y mis hermanos estarían vivos. —Me lamento.

–¿Quieres contarme todo eso?

–No, no, no. Solo cabe destacar que esa simple acción mía, de pedirle a mi Padre que volviésemos a la cabaña, produjo todo lo que está sucediendo, y también lo que sucederá.

–Doy gracias a Alá que eso sucedió. —Dice eso y lo miro molesto. –¡No, no, no me refiero a la muerte de tus hermanos, que Alá los reciba en su gloria, yo solo decía que... —Se distrae mirando el agua.
Contigo me siento mejor, y también con Mehmed, esos días que estuvimos de campamento fueron los mejores días de mi vida, lo prometo.

–¿Esos días? ¿Los mejores?

Afirma con su cabeza y nos quedamos en silencio mirando el reflejo en el agua, que cada ciertas ráfagas de viento, se forma un pequeño oleaje que distorsiona todo.

No quiero ni imaginar lo terrible que ha podido ser la vida del Pequeño Bulent, los abusos que él ha contado que vive día a día en el cuartel de Jenízaros. Eso es algo que jamás será escrito en la Historia Otomana, sería una enorme deshonra que sus Jenízaros en jefe maltraten y sobrecarguen a aspirantes tan jóvenes.

Príncipe Mehmed. (Gay)Kde žijí příběhy. Začni objevovat