"Manipular" (1x16)

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Iskender

El príncipe Mehmed se levantó furioso de la mesa. Sus ojos estaban muy abiertos con el entrecejo apretado. Todos voltearon asustados a verlo, y él comenzó a gritar.

   –¡Cómo pueden permitirlo! ¿¡Van a aceptar todo lo que sucede así sin más?!

   –Mehmed, hijo. —La sultana Kösem se levantó y caminó hasta él. –¿Qué te sucede? No comprendo.

   –No hagas de esto un escándalo, quiero casarme con Meleksima. Eso ocurrirá y debes asumirlo. —Osmán lo miraba preocupado.

Los hermanos menores de los príncipes estaban asustados por toda la discusión. Murad intentaba aparentar, pero cualquiera que lo mirase podía ver su miedo. Mientras se gritaban unos a todos, Iskender tomó de la mano a Bayezid y le hizo un gesto con la cabeza a Murad, se levantó de la mesa y los acompañó hasta el balcón, seguidos de las pequeñas sultanas Fatma y Gevherhan.

   –Quédense aquí y jueguen a lo que quieran, ignoren la conversación de aquí adentro, ¿Entendido? —Iskender les habló agachado.

Los niños le asintieron. La sultana Ayse apareció por detrás y salió a distraerlos. Iskender regresó adentro y cerró las puertas. Escuchaba a Mehmed gritándole a sus padres, y ellos de vuelta. Ayse estaba apoyada en la mesa tocándose la frente, no soportaba ver los escándalos injustificados de su hermano.

   –¡Hasta cuándo nos faltarás el respeto! —Le gritó el sultán a Mehmed.

Levantó su mano en el aire, y golpeó a Mehmed con toda su fuerza en la mejilla. Él no estaba preparado para recibir el golpe y cayó hacia atrás, a los brazos de Iskender que apenas se estaba acercando.

   –¡No padre! —Exclamó Osmán.

   –¡Ahmed, por Alá! —La sultana Kösem se tocaba el pecho con una mano, estaba angustiada

El príncipe se levantó del suelo sin importarle que Iskender estaba tumbado junto a él. Miró a su padre con mucho odio mientras lloraba. Se tocaba la mejilla, que estaba enrojecida.

   –¡Creanme cuánto los odio! —Gritó el príncipe antes de salir por la puerta.

Todos se quedaron inmóviles, nadie dijo una sola palabra. Estaban con la vista clavada en el suelo asumiendo cómo habían sucedido las cosas.



Iskender se encontraba mirando al pueblo mientras estaba sentado en el balcón de sus aposentos. Bebió un sorbo de su té, lo estaba disfrutando, hasta que escuchó cómo la sultana Ayse dio un portazo al entrar.

   –¿Qué fue eso Iskender? ¿Por qué lo hiciste? —Le preguntó furiosa. –Intercediste por Mehmed, aún cuando yo te pedí que pusieras distancia.

   –¿De qué hablas Ayse? No dije una sola palabra.

   –¡No me mientas! Debiste salir conmigo y los pequeños al balcón. Sin embargo, te quedaste con Mehmed dentro.

   –Osmán y tus padres también estaba allí, no comprendo.

   –Abogaste por mi hermano. Pensé que teníamos un acuerdo.

   –¿Que él cayera encima mío cuando tu padre lo golpeó es mi culpa?

   –Basta, Iskender, basta. La próxima vez quiero que cumplas tu palabra. Voy a tomar aire.

Antes de que Iskender pudiera decir algo más ella se marchó del aposento. Respiró profundo e intentó darse calma. El corazón le latía muy rápido, se sentía nervioso. No había entendido la confrontación de Ayse respecto a Mehmed.



Durante la tarde, Iskender se encontraba paseando por el jardín privado. Caminaba entre los árboles, pasando por la arboleda junto a las murallas, y al enorme tronco hueco. No podía evitar recordar el bosque cerca de su cabaña, donde vivía su familia. Cerraba sus ojos e imaginaba que estaba caminando de regreso junto a ellos, y cada vez que los abría, la nostalgia lo invadía.

Regresó al camino de piedras, era la única ruta para regresar al palacio, pero a mitad de camino, se encontraban el príncipe Mehmed y Gokhan Aga. Estaban conversando, y ambos se dieron cuenta que Iskender pasaría por allí, aun que lo habían visto de reojo para fingir que no se percataron de su presencia.

   –Eres el mejor, aga. Aprecio mucho todo lo que has hecho por mí, admiro mucho tu temple y tranquilidad, sin duda eres la mejor decisión que mi madre ha tomado.

   –Te lo agradezco Mehmed, aun que siempre me recuerdas lo feliz que estás conmigo.

Iskender se acercó lo suficiente y se detuvo. Miró a Gokhan de pies a cabeza y se dirigió a Mehmed.

   –Que su aga aproveche sus halagos príncipe. Hoy se cumplen seis días desde su llegada, y a mí me cambiaron justamente mi sexto día. No vaya a ser que su madre aparezca con otro aga mañana.

   –Si te cambiaron, fue por tu incompetencia. —Le dijo Mehmed a Iskender viéndolo a los ojos. Se ofendió profundamente pero no lo demostró. –Gokhan tiene más que claro cómo no comportarse, él debe ser diferente a ti.

   –Vaya, así que han estado hablando sobre mi. Deben haber estado muy ocupados. —Se burló mirando a ambos. –Príncipe, me parece bien que me utilice como referencia para su esclavo nuevo. Esta vez espero que usted no le de la espalda a él cuando lo necesite.

Iskender reverenció al príncipe y continuó caminando. Mehmed había perdido el control y estaba forcejeando con Gokhan. Le gritaba a Iskender todo tipo de insultos, y le exigía que fuese claro cuando quisiera decirle algo. Iskender optó por ignorar todos sus insultos y se limitó a no llorar, a pesar de sentirse muy menospreciado, pero no se dejaría atropellar.

Cuando entró al palacio, vio al príncipe Osmán caminar furioso hacia él. Lo tomó del cuello y lo puso contra la pared. Iskender no pudo evitar asustarse ante su ataque. Osmán estaba híper ventilado y las manos le temblaban.

   –¡No vas a hacer sufrir a Ayse! Te escuché hablando con ella en la mañana en sus aposentos, me controlé todo el día pero ya no lo soporto. Ella necesita quien la cuide y sostenga, no un cobarde que la ignore. Vas a cuidarla, Iskender, ¿Entendiste?

Le estaba presionando el cuello con mucha fuerza. Le dolía la piel, no podía respirar. Solo pudo asentir con la cabeza, no pudo pronunciar ni una sola palabra. El príncipe lo liberó y lo miró fijo mientras se alejaba. Se fue caminando a paso rápido y dejó solo a Iskender.

Cerró sus ojos con fuerza mientras se deslizaba hacia el piso. Estaba recuperando el aliento cuando sintió unos pasos junto a él. Levantó la mirada y se encontró con Gokhan.

   –Vaya, vaya. No creí que el príncipe Osmán fuese a reaccionar tan tardío. Aún así me gusta lo que veo.

   –¿Le dijiste que me atacara? —Tosió entre palabras.

   –No fue necesario. Los hermanitos príncipes son astutos, bastaron solo un par de palabras y el lo entendería todo.

Acababa de darse cuenta que se estaba enfrentando con Gokhan Aga. La diferencia es que él estaba respaldado por el príncipe Mehmed, y las sultanas Dilruba y Safiye. En cambio, por otro lado, Iskender se encontraba completamente solo, no podía confiar en Mehmed, ni Osmán, y mucho menos en su esposa Ayse.

Príncipe Mehmed. (Gay)Where stories live. Discover now