"La Decepción De Bekir" (8x17)

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Bulent Aga.

El daño irreparable que causaron. La destrucción de una familia. Toda la ambición que puede llegar a tener una persona, y que logre convencer a los que lo rodean de que tiene la razón y su contraparte está equivocado, puede resultar muy peligroso. El peligro está en darle el poder a aquellos que no lo merecen. Gobernantes que se sublevan por sobre las mismas leyes que sus antepasados construyeron, teniendo la ideología que sus sucesores respetarían aquel reglamento de vida, y lo mismo sucede con la gente común.

Emma abraza a Melis, quien está con la vista perdida en los cuerpos de sus Padres. Sus llamas de vida se vieron extinguidas de manera injusta, totalmente injusta. Aquellos que desean gobernar todo este sector y por lo mismo los amedrentaban para alejarlos de su propiedad, terminaron el trabajo pero asesinándolos. Crueles y despiadados, eso es lo que son, unos animales.

Volkan, Bekir y Derrick logramos acabar con varios de ellos, pero uno escapó. Mientras ese individuo siga vivo, ninguno de nosotros estará en paz. La idea de huir de aquí por el temor a las represalias se va agrandando en mi interior. Mantenerme fuerte ante una situación así me resulta muy complicado.

Volkan se levanta del suelo, donde todos estamos sentados en fila, apreciando el llanto de las hermanas. La noche es fría, y pareciera ser muy oscura, el Cielo está más estrellado que de costumbre. Me levanto tras de él para escuchar lo que le dirá a las chicas.

Deberíamos enterrarlos. —Dice intentando tomas el cuerpo del anciano padre. Melis lo detiene de manera abrupta y le sostiene la muñeca con fuerza. Volkan aprieta los dientes por el dolor.

Si ellas no están listas para dar ese paso, mejor las dejamos en paz. —Digo alejando a Volkan de allí.

Regreso la mirada al resto del grupo que continúan sentados en el suelo apoyados en la pared de la Casona. Derrick se limpia una de sus heridas con agua y Bekir pareciera estar más que sumergido en sus pensamientos. Dejo a Volkan y me acerco a nuestro pequeño amigo.

Bekir regresa a la realidad y me mira mientras me siento junto a él. Sus ojos tienen lágrimas pero se las seca antes de que caigan.

¿Te encuentras mejor?

–Si. ¿Tú cómo estás?

–Algo adolorido, una vez que acabó la pelea, el dolor invadió todo mi cuerpo. —Lo quedo mirando pero él no responde. Se limita a hacer un sonido con la garganta como afirmando que si me escuchó. –¿Te lastimaste mucho? Si tienes alguna herida por tratar puedo ayudarte.

–¿Qué haremos Bulent? Te lo pregunto ya que siempre tienes la respuesta y solución a todo.

Posa su mirada en mí, esperando una respuesta. Derrick deja de hacer lo que tan concentrado estaba por terminar, y Volkan gira su cabeza hacia nosotros. No tengo ninguna idea clara en mi cabeza ahora mismo. Las ideas van y vienen. Solo siento temor y desesperanza. La enorme presión que siento al notar la dependencia de los chicos ante mis acciones. Si decido irme, ellos me seguirán, pero siempre todo termina muy mal. Tal vez sea yo el problema, tal vez sea yo aquel ente que atrae las malas consecuencias a cualquier acto que tenga cualquier intención, ya sea buena o mala. Todo acaba siempre mal para mí y mis amigos.

El solo hecho de pensar en la idea de tomar esa decisión e irme en solitario a encontrar mi rumbo me da escalofríos.
Estuve feliz de tener amigos nuevamente, me sentí reconfortado, sin olvidar a mis amigos Yigit, Eren y Ruzgar, ni a Iskender y a Mehmed.
Haber conocido a Volkan, Bekir, Derrick, Cihan y a las gemelas, me da la sensación calurosa y amena que tanto tiempo busqué después de ser obligado a ser recluta en los Aspirantes. Odiaba esa vida, odiaba a Berker y sus secuaces, los odio.

Regreso a Bekir quien continúa esperando una respuesta. Asumió que me sumergí en mi mente y por eso no dije una sola palabra.
Me levanto y limpio mi ropa dispuesto a entrar a la Casona. Pero antes de hacerlo, me regreso a ellos.

No entiendo por qué me dejan la responsabilidad a mí. Yo no soy quién para decirles qué hacer, ustedes son libres.

Entro a la Casona y me detengo ante una mesa y apoyo mis manos con fuerza sobre ella. Con mi manga sucia limpio mis lágrimas e intento respirar profundo para calmar el temblor de mi cuerpo. Escucho que la puerta se abre y que alguien camina hacia mí.
Volteo a ver y me encuentro a Bekir intentando disimular sus pisadas.

Te escuché caminando desde que estabas afuera.

–Solo quiero disculparme, por lo que dije, por lo que hice.

–¿Qué se supone que hiciste?

–Te dejé en evidencia. Fue mi culpa que todos te miraran esperando que tomaras una decisión, yo fui quien puso mi carga emocional en ti y eso llevó a que Derrick y Volkan hicieran lo mismo. ¿Qué no lo ves? ¿Eres el único que no lo ve?

Escuchar a Bekir hablarme de esa forma, en ese tono y con esas palabras me deja algo perplejo, de cierto modo.
Me acerco a él y quedamos de frente, viéndonos muy cerca.

Nosotros confiamos en ti. Tú eres nuestro líder innato. Desde el momento en que nos reclutaste.

–¿De qué hablar Bekir? Yo no los recluté, ustedes solo... Aparecieron y ya.

Se acerca otro poco a mí y me sostiene con fuerza de la camisa. El enojo en su mirada me afecta directamente, me hace sentir una pena y desesperación enorme en el pecho.

Me conociste en esos baños y me incluiste, cuando nadie más lo hizo, todos me ignoraban y hasta se burlaban por ser de los menores en el grupo. Me alejaron de mi familia y mis hermanos, temía no volver a verlos nunca ya que mi Madre siempre se enferma de algo diferente. Tuve que viajar sucio, con hambre y aprender su idioma a la fuerza o me golpeaban. —Sus ojos se llenan de lágrimas. Me sacude con fuerza cada ciertas palabras que dice. Mis manos están sujetas a las suyas. Están frías y temblorosas. –Y cuando me encontraba en la cúspide de mi tristeza, cuando pensé en dejar de comer para ya no existir, tú me permitiste entrar en tu vida. Estaba feliz de conocer a Volkan, y a Derrick y Cihan. Me afectó cada vez que menospreciabas mi cariño y cercanía a ti, creías que estaba enamorado de ti, pero no es así, tu eres mi familia Bulent, lo eres. Y no creas que no entendí tu mirada perdida cuando te pregunté qué haríamos, entendí que quisiste abandonarnos, querías irte solo y abandonarme. Adelante, puedes hacerlo, pero quiero que sepas, que jamás te voy a perdonar, y que jamás volveré a decir tu nombre.

Me suelta la camisa dándome un empujón hacia atrás. Me detuve contra la mesa, y nos quedamos mirando a los ojos. Bekir se da la vuelta y sale de la Casona dando un portazo. La cerradura rota hico que rebotara y se abriera hacia afuera. Permitiéndome ver a Derrick que estuvo parado afuera tras la puerta. Cruzamos las miradas y él solo se limita a mover su cabeza con decepción y a caminar tras de Bekir.

Príncipe Mehmed. (Gay)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum