Eren Aga.
Salimos del agua e intentamos secar nuestros cuerpos sacudiendo las extremidades. Nos vestimos rápidamente y nos vamos rumbo a la Mansión del Señor de Isla Refugio.
–¿Crees que sea algo malo? —Pregunta Sam.
–No, lo dudo, seguramente quiere saber cómo van las cosas o simplemente saludarnos.
Detenemos nuestro caminar al escuchar unas campanillas desde el puerto. Los murmullos de los demás chicos en la Plaza nos dan a entender que acababa de arribar un barco de esclavos.
–Genial, más bocas que alimentar. —Se queja un chico. Sam no pierde oportunidad y se acerca.
–Nosotros llegamos ayer, ¿Algún problema?
Me interpongo rápido entre ambos y me llevo a Sam en dirección opuesta. En ocaciones es cobarde y en otras busca problemas gratuitamente. Pero sobre todo, es valiente ante oponentes que no significan un verdadero peligro, aquel chico que se quejó, no media más que un niño de doce años de estatura promedio.
Seguimos el camino hasta llegar a la división hacia las tres colinas más altas.
–Preguntaré si tienen ropa. —Dice Sam señalando el primer nivel de la residencia común.
–¡Espérame aquí!
Antes que pudiera responder, ya se encontraba corriendo al recinto.
Junto al camino hay mucha vegetación y plantas de todos los colores, y unas rocas enormes que simulan ser asientos. Me ubico en una de ellas descansando las piernas y me dedico a observar cómo descienden a los chicos recién llegados a la isla.
Suben rápidamente y se dirigen a la gran edificación.
Pasan junto a mi chicos y chicas de todas las edades, alturas y colores, aun que a mi parecer, ninguno supera los dieciséis años.
Los saludo con cierta incomodidad con un simple gesto de cabeza, son decenas de miradas en mí y me hace recordar lo mucho que ha tardado Sam.
Una vez que el grupo desapareció dentro del edificio, escucho pasos apresurados en la dirección contraria, volteo para ver de quien se trata y me encuentro con una chica de cabello alborotado y delgada.
–¿Estás bien? —Le pregunto cortándole el camino.
–Quítate, no necesito tu ayuda. —Responde de mal humor.
–Pero estas llorando... —Digo con desánimo.
–Si, ya lo sé. —Sorbe su nariz y se sienta en la roca.
Es notable que no desea irse, ya que se posicionó firme en su asiento y no tiene intención de regresar con el grupo.
Escucho el llamado de Sam quien corre de prisa hacia mí.
–¿Quién es ella? —Pregunta sonriente al ver a la chica. –Soy Sam.
–Hola. —Le responde a Sam. –Un gusto.
Intercambio miradas con Sami al notar su sarcasmo.
Sam trae puesto una elegante vestimenta azul con diseños celestes. La chica y yo lo quedamos viendo de pies a cabeza y nos detenemos en su cabello peinado hacia atrás. Ahora es con ella con quien intercambio mirada.
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Príncipe Mehmed. (Gay)
قصص المراهقين(Reescribiendo y corrigiendo) Iskender, es un joven arrebatado de su hogar y llevado como esclavo a un mundo de opulencia y peligro. Su encuentro con el arrogante Príncipe Mehmed marca el comienzo de una relación turbulenta, marcada por la violencia...
