"Diseño Del Palacio" (7x05)

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Príncipe Mehmed.

Como si Alá no me diese suficientes batallas por enfrentar, ahora ni paz en mi propio Aposento logro encontrar. ¿Cómo que me espían? No entiendo qué pueden llegar a conseguir de mí, viendo a través de mi pared.

Paseo de un lado a otro por el cuarto intentando ignorar el agujero casi indistinguible en la pared tratando de acostumbrarme a que en cualquier momento puede estar alguien viéndome y escuchándome, incluso ahora mismo.

Lo que me hizo notarlo fue la brisa del viento, pero si alguien está mirando y luego quita su ojo, también me hubiera permitido verlo.

El atardecer pasó hace bastante tiempo y la Luna se encuentra ya posicionada en el medio del Cielo.
Salgo de mi Aposento en silencio esperando no encontrar a nadie. Los Agas de la entrada solo me hacen un gesto con la cabeza.

Mi Aposento sale a un pasillo, y el pasillo a otro corredor más amplio y con pilares en una de las paredes. No hay más puertas cerca como para que se dé hacia un cuarto justo en esa pared. ¿Cómo saber qué hay detrás?

Camino hacia el Harén con intención de hallar a Jennet Kalfa, y es justo la primera persona a quien distingo de entre el grupo sentadas conversando en los sillones. Ya se preparaban para ir a dormir.

¡Jennet! —Le grito en voz baja desde la puerta.
¡Jennet, ven aquí!

Ella se acerca casi corriendo.

¿Qué sucede Príncipe? ¿Qué es tan urgente? ¿Sucede algo malo?

–¿Por qué siempre crees que son cosas malas?

–No se haga, joven, siempre es algo malo. —Cruza sus brazos con expresión seria.

Solo necesito... Yo voy a... Necesito...

–Si no puede decirlo directamente, es definitivo que es algo malo, las buenas noticias no son difíciles de decir.

–No se trata de noticias, por favor Jennet, concéntrate.

–¿Yo concentrarme? Tiene toda mi atención Príncipe, es usted quien goza de falta de vocabulario para comunicar su intención.

–Solo necesito los planos del Palacio, iba a entrar en más detalles pero prefiero omitirlos por tu bien.

–¿Planos del Palacio? ¿Habla del diseño de construcción? Esos planos fueron destruidos seguramente, joven. Esta edificación tiene pasadizos que nadie jamás conocerá a menos que haya vivido aquí lo suficiente.

–¿Dices que no hay planos?

–Yo qué voy a saber, solo soy la Jefa del Harén, yo controlo a estas muchachas mal portadas y chismosas. —Me mira seria y hace un recorrido por mis ropas. —Debería ir a los baños Príncipe, le urge agua caliente y jabón, así además dormirá más cómodo.

La quedo viendo serio e intento esbozar una sonrisa de agradecimiento para marcharme sumergido en mis pensamientos.



En mi mente surge la idea de caminar desde la puerta de mi Aposento, con mi mano apegada en la muralla y seguir la construcción, sin despegarme de ella, y en algún momento llegaré a un sector cercano.

Mi mano entra en contacto con la fría pared, y me dispongo a caminar siguiendo mi plan.
Avanzando y esquivando a los Agas que hacen guardia, quienes me miran con extrañeza.
Doblo en cada pasillo y esquina, hago un mapa dentro de mi mente.

Desde mi puerta doblé derecha, derecha, izquierda, derecha y luego izquierda otra vez. Lo único que hice fue alejarme casi en linea recta de la pared que busco.

La frustración me invade y aprieto mis puños con fuerza.

¡Rayos! —Susurro molesto. Regreso a mi Aposento rápidamente.

La molestia de fallar en cada cosa que hago, a ratos me sobrepasa, por lo que reconsidero la idea de tomar un baño antes de ir a dormir.

Cierro las puertas tras de mí y enseguida siento la sensación de una mirada en mí. Proviene del agujero, lo puedo asegurar.
Aplico lo que practiqué, y actúo con normalidad. Tomo asiento y finjo secarme el cabello.
Veo de reojo hacia la pared y aún puedo sentir su presencia a través del muro.

"Vamos a darle un poco de incomodidad" Es lo que pienso mientras me levanto del escritorio y cierro las cortinas. Le doy la espalda al agujero y comienzo a desvestirme.

Me quito el calzado despacio, dejando clara mi intención de quedar sin vestimentas prontamente.
Curiosamente, permanece ahí, su ojo clavado en el agujero. Comienzo a quitar mi camisa con lentitud y fingiendo dolor para hacerlo más lento a propósito y se vea cierta sensualidad, tal vez, al menos en mi mente puede llegar a verse así. No sé realmente si alguien pueda llegar a encontrar sensuales mi pálida piel y mis apenas marcados músculos, sin mencionar mis cicatrices y mi ojo morado.

Me siento tremendamente desafiado al ver de reojo y notar que continúa mirándome a pesar que estoy casi desnudo por completo. ¿Qué pretende? Sus intenciones son bastante extrañas.

Me acerco hasta mis velas y las apago una por una, quedando completamente a oscuras.
Seguro de que no ve más que oscuridad, me quito los pantalones y visto mi ropa de dormir.

Supongo es todo el espectáculo que le daré a mi tétrico espía.

Príncipe Mehmed. (Gay)Where stories live. Discover now