"Las Gemelas" (8x08)

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Bulent Aga.

Nos preparamos para continuar el viaje y alejarnos más aún de la montaña. Los chicos se vistieron y tomaron un par de manzanas cada uno como provisión.

¿A nadie le sobra tela? Podríamos hacer un morral para llevarnos más manzanas.
Pregunto sin darme cuenta que solo tenemos pantalones. –Oh olvídenlo.

–Sugeriría que los acortemos. —Dice Volkan señalando desde su tobillo a la rodilla. –Pero ya se nota que el invierno comenzará, podríamos congelarnos.

–Dejémoslo así, de todas maneras las manzanas no durarán mucho tiempo guardadas.

–No tenemos ningún tipo de arma. —Bekir se une a la conversación. –Podríamos afilar alguna rama del árbol y resultaría en una lanza, pero ni cuchillo tenemos.

–Aporta soluciones, no problemas, hermanito. —Volkan le desordena el cabello.

Comenzamos la caminata en dirección opuesta a las Altas Montañas, que por la distancia, ya no se ven tan altas. Solo sabemos que amanece desde el Oriente, por lo que avanzamos hacia el Oeste.

Ninguno de nosotros ha visto un mapa alguna vez, solo hemos escuchado mencionar ciertas locaciones.
No tenemos la certeza de que no estamos regresando a la capital sin querer. En algún momento de su vida, Bekir escuchó que en el Este hay desiertos áridos, secos y sin vida, fue un motivo suficiente para dirigirnos en dirección opuesta.

Seguimos en marcha tras haber pasado todo el atardecer sin detenernos una sola vez. La oscuridad aparece desde el otro lado del Cielo y empieza a cubrirlo todo poco a poco.
Caminamos pisando el corto pasto del valle, si encontrásemos un camino nos haría saber que estamos cerca de algún poblado.

¡Miren! —Grita Bekir señalando el horizonte.

Una columna de humo se levanta desde lejos. El rostro de Volkan y Derrick se ilumina en medio de la oscuridad y aceleramos el paso llegando incluso a trotar en algunos trechos.

¿Qué creen que sea? —Pregunta Bekir agitado. –Apuesto que es un puerto mercante lleno de comidas extravagantes de todos los lugares del Mundo.

Que optimista. —Le responde Volkan.

El viento comienza a soplar en dirección cambiantes, hace que sintamos un frío repentino. Lo que aumenta la sensación frialdad al tener los cuerpos sudorosos.

   –Me voy a congelar. —Dice Bekir sin bajar el ritmo del paso. –Se supone que al correr deberíamos entrar en calor.

Conforme nos vamos acercando al humo, todo comienza a tomar forma. Unas vallas aparecen en el valle y un camino de carretas, una casa de un nivel pero bastante amplia y ancha, y un granero junto a ella.

El humo es de un enorme incendio de unas cosechas junto a la vivienda. Un hombre de cabello canoso, una mujer de una edad similar y dos muchachas, se abrazan mientras observan el humo.

   –¡Lárguense por donde vinieron, malhechores! —Nos grita el hombre anciano apenas nos ve.
¡Vamos, lárguense, miren lo que hicieron, son unas bestias!

Príncipe Mehmed. (Gay)Where stories live. Discover now