Príncipe Mehmed. (Gay)

"Mi Salvación" (1x14)

Iskender

Cuando un matrimonio se celebra, es la idealización del amor entre una pareja. En el imperio otomano era muy común un matrimonio por arreglo. Entre sultanas y pashas, y entre príncipes y concubinas de buena ascendencia. Así sería siempre.

La sultana Ayse fue la única dispuesta a ayudar a Iskender Aga. Arregló un matrimonio en solo un par de horas, mientras él era perseguido como fugitivo. El maestro de ceremonia estaba junto a ella cuando Iskender entró al harén.

–Date prisa Iskender, ven junto a mí.

–¿Qué es esto sultana? ¿Qué ocurre?

–Todos llegarán pronto, debemos hacerlo y así podré salvarte.

Todo a su alrededor parecía irreal. Todo lo que había acontecido los últimos días. Nada era parte de lo supuestamente idealizado de ese lugar. Iskender estaba horrorizado por lo que tuvo que vivir ese corto periodo de tiempo.

–Te casarás conmigo, Iskender Aga. —Le dijo la sultana.

Iskender cerró sus ojos y asintió resignado. No pudo concentrarse en lo que sucedía. El maestro realizó todos los pasos, ella aceptó entregarse a Iskender para el resto de sus vidas. No estaba pendiente de lo que le decían, solo se limitaba a decir que estaba de acuerdo.

Sintió náuseas, quería huir de allí. Cada día que pasaba, era un problema más para añadir a su enorme lista. No se había dado cuenta de quienes estaban de pie mirándolos desde las puertas.

–¿Pero qué es esto? ¡Ayse! —Exclamó Mehmed. Se acercó a ellos siendo seguido por Gokhan. –¡Qué rayos es esto!

Temía ser acusado de traición. Sumado al robo, ya podía ver la soga alrededor de su cuello. Las manos le temblaban y su frente sudaba. Finalmente logró estabilizarse. La sultana Ayse lo abrazó, a modo de finalizar el acto.

–Eres mi esposo Iskender. Ahora solo debemos rendirle cuentas a mi padre y mi madre. Nadie más. Y sé que ella estará de acuerdo.

La sultana Dilruba apareció entre la multitud que se había reunido en el pasillo. Los miraba sorprendida, no pudo ocultar su sorpresa. Con Iskender casado con la sultana, les sería mucho más difícil apartarlo.

–¡Guardias, atrápenlo! —Gritó la sultana Dilruba señalándolo.

–¡Que nadie se mueva! —La sultana Ayse los detuvo. Se puso un pie delante de Iskender y los miró a todos uno por uno. –Quien ose insultar o perjudicar a mi esposo, me lo estará haciendo a mí también, y yo me defenderé.

El príncipe Osmán y Meleksima Hatun estaban entre las concubinas. Miraban hacia todos lados con rostro de confusión, no podían escuchar más que los murmullos. La sultana Safiye los miraba furiosa desde el balcón del piso superior. Negó con la cabeza en completo silencio y se marchó indignada. La sultana Dilruba la estaba viendo hacia arriba.

De pronto, toda la multitud se separó, dejando un pasillo entre ellos. Uno de los guardias habia anunciado la presencia del sultán Ahmed. Caminaba molesto entre quienes lo seguían con la mirada. Estaba furioso.

–¡Qué es esto, Ayse! ¡No permitiré este escándalo en mi palacio!

La sultana Ayse se acercó a su padre, quien la detuvo con una mano en el aire. Ella retrocedió unos pasos ofendida. La sultana Kösem entró al harén y se ubicó junto al sultán.