Príncipe Mehmed. (Gay)

"La Guerra Continúa" (4x17)

Tarkan Iskender Aga.

   –Sultana Kösem, le prometo que siempre la apoyaré y le daré fuerzas a Mehmed, haré lo posible por que esta familia permanezca unida. Mehmed como Sultán será magnífico.

Se queda viéndome con rareza y respirando muy lento, pestañeando cada largos segundos  y sin apartar sus ojos de mí.

   –Mehmed tampoco. No será Sultán.

–¿Qué dice Sultana? —Pregunto confundido.

–Ninguno de mis hijos ascenderá. Pero si lo hará el Príncipe Mustafá.

–Yo... Estaba... Yo estaba... Yo creía que Mehmed...

–Mi hijo es inestable, él no lo lograría.

–No subestime a Mehmed, Sultana.

–¿Vas a decirme qué hacer, Iskender?

Se levanta del suelo, y se aleja unos pasos de la cama.

–Féretros de Príncipes que no ascienden y son inocentes, no saldrán más de este Palacio, ya no atravesarán el Jardín Imperial frente a aquella Torre. Cambié la voluntad de nuestro Sultán por el bien de quienes queremos.

–El día de hoy, nuestra Majestad... Decretó que yo, sería Gobernador...

Sumergida en sus pensamientos regresa a la realidad y me mira.

–Él me enviaría, con Ayse, solo para alejarme de Mehmed... Pero mi Sultana, yo se lo suplico, se lo imploro, ¡No me aleje de Mehmed! ¡Yo sé que es en contra de nuestras leyes todo lo que ha sucedido, pero no permitan que nos alejen otra vez! Él no lo soportaría y yo tampoco, jamás podríamos, nunca.

–Has silencio, Iskender, quiero que vayas a tus Aposentos y descanses, yo informaré de lo sucedido con nuestra Majestad al consejo, pero tú debes quedarte callado.

Le reverencio y salgo del lugar a paso lento.
La pena me consume y me inunda el corazón de incertidumbre.

Me detengo frente a la entrada del pasillo del Harén. En una dirección los Aposentos de mi esposa, y del otro lado, está el Príncipe.
Ayse esperándome ansiosa y Mehmed encerrado.

¿Quién me necesita más?
Yo lo sé, y Alá también.

–¿Príncipe?

Me adentro en su cuarto.

–¡Iskender! ¡No puede ser! —Se abalanza sobre mi apenas cierro las puertas. –¡Necesitaba tanto verte! Quería verte, mi Padre dijo que te sentenciaría, yo creí que te asesinarían, no podía perderte, si algo te sucedía no sé qué sería de mí.

–Estoy bien, Mehmed, todo estará bien...

–¿Qué sucedió? ¿Qué te dijo mi Padre? Él no quiere verme otra vez, fui muy grosero con él.

   –Deberíamos dormir...

   –¿Dormir? ¿Quieres dormir? ¿Viniste a dormir? —Se acerca un par de pasos. –¿Conmigo? ¿Qué hay de Ayse? ¿Cómo estás tan tranquilo?