"Las Disculpas" (4x22)

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Sultana Ayse.

Ver a mi Tío Mustafá caminar hasta los Jenízaros me lastima profundamente. Mi Madre escogió a él, por sobre mis hermanos, el por qué o de cómo confió en todos ellos, es un enorme misterio.

Como si fuera poco, corrió y abrió el féretro de mi Padre, no tienen respeto alguno por su muerte.

Intenté discutirlo con mi Madre pero me hizo callar apenas Dilruba y Halime voltearon a verme.

   –Acabas de perder una gran oportunidad, Kösem. —Dice Dilruba. Voltea a verla.

   –Todo esto será para mejor. —Responde mi Madre.

   –Espero que Mustafá aprenda cómo gobernar bien todo este Imperio. —Digo molesta.

   –Sultán Mustafá. —Corrige Dilruba. –¿Sabes algo Kösem? Tú le transmitiste a tus hijos toda tu falta de conocimiento, es por eso que todos y cada uno de ellos son tan groseros.

   –Mi hija tiene razón, Kösem. —Dice Halime.
Apenas mi hijo ascendió, la orden de encerrar a tus Príncipes se llevó a cabo.

Mi Madre y yo intercambiamos miradas preocupadas.

   –¿Qué estás diciendo Halime? —Mi Madre habla angustiada. –¡Yo confié en ti! ¡Eres una traidora!

   –¡Guardias! —Los llama Dilruba. –Que la Sultana Kösem sea exiliada al antiguo Palacio, y encierren a sus hijas en un cuarto aparte del de ella, y esperen nuestras órdenes.

   –¿Qué le harán a mis hermanos? —Digo asustada. –¡Mi Madre confió en ustedes, víboras! ¡Son unas malditas! ¡Que la furia de Alá las rodeé y no les permita salir!

Grito y grito mientras me jalan a encerrarme en mis Aposentos, por más que estiro mis manos para alcanzar a mi Madre, ellos la alejan de mí en otro pasillo hacia otra dirección.

   –¡No te preocupes hija mía! ¡Buscaré una solución a todo esto!



Príncipe Mehmed.

   –No puedo creer que mi Madre ascendió a Mustafá, lo escogió por sobre mí.

Me encuentro hablando completamente solo dentro del carruaje, mientras el Aga que lo conducía baja a comprar agua y a preguntar por Iskender.

Debiese ser yo quien lo busca, pero escuchar el anuncio de Mustafá me impactó de mala manera.

Príncipe. —Dice abriendo las puertas. –El Aga destrozó un par de cosas y debe unos pagos en la cantina.

–¿Qué? —Respondo confundido.

Bajo del carruaje y el hombre quien tiene su puesto de frutas destruido le entrego una bolsa con oro suficiente.

Vamos dime, dónde encuentro al chico.

Me responde señalando una cantina oscura y sucia, un lugar horrible de esta zona del Pueblo.

Príncipe Mehmed. (Gay)Where stories live. Discover now