"La Vida En La Fortaleza" (7x06)

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Bulent Aga.

Los entrenamientos han sido bastante duros. Sobre todo la parte en la que debemos lograr calentar el cuerpo estando a la intemperie. Si de por sí calentar los músculos toma tiempo, estando en este helado clima lo complica aún más. Teniendo el cuerpo caliente se hace más fácil todo el entrenamiento, se siente como si mis piernas y brazos se movieran sin tener que esforzarme en lo más mínimo.
El único momento bueno y de relajo que tenemos, es cuando se acaba y vamos hasta las aguas calientes del baño. Bekir se sumerge completo bajo el agua y aguanta largos segundos antes de emerger nuevamente.

Si vas a estar haciendo eso durante todo lo que dura el baño, te prohibo que nos espíes por debajo del agua.

–No hay nada que no conozca ya. —Responde riendo.

¿Ya hasta haces bromas? ¿Tanta confianza nos tomaste en poco más de una semana?

–No se trata de confianza, lo hice desde el día que me hablaron, pero ya estoy cómodo con la presencia tuya y de Volkan. —Al decir su nombre voltea para verlo pero solo ve burbujas brotar del agua. –Ahora es él quien nos espía bajo el agua.

–Dale una patada. —Digo divertido.

Debemos irnos, es hora de comer algo, o quedaremos sin comida si nos atrasamos mucho.

–No hagas como que no fuimos nosotros quienes te enseñaron eso la semana pasada. —Doy un brinco y salgo del agua apoyado en las maderas.

Bekir me sigue y comienza a secarse con los paños que nos entregan a cada uno cada vez que tenemos un baño. Aun que el tiempo es poco, se disfruta y nos repone de energía para seguir con nuestra dura vida.
Nos divertimos bromeando entre nosotros y jugando, pero la vida en esta fortaleza resulta más cruda de lo que podría describir con unas simples palabras.

Nos vestimos y Volkan apenas emerge del agua, reclamando que fingió estarse ahogando y ninguno de los dos lo ayudamos. Intercambiamos miradas con Bekir y nos reímos a carcajadas al recién percatarnos que esa era su intención.

Eres pésimo actuando. —Dice Bekir. –Pudiste ahogarte de verdad, nosotros hace bastante que estamos fuera del agua.

–Acaban de salir, pude verlos bajo el agua.
Responde intentando sonar malhumorado pero fallando en el intento.

¿Eh? —Bekir me mira. –Bulent y me decías a mí que no los espiara por debajo del agua pero quien resultó ser un aprovechador fue otro.

–Ya dense prisa, muero de hambre.



El comedor común está lleno a más no poder.
Estamos formados en una larga fila. Bekir se nos adelantó y yo me quedé esperando a Volkan, es por eso que quedamos bastante más atrás que nuestro pequeño amigo. Tuvo la intención de que avanzáramos hasta él pero le dijimos que se descuidara y que permaneciera ahí.

El cocinero recibe su plato y le da una porción de comida, la ración correspondiente a cada Aspirante por día. Bekir nos sonríe mostrando su plato y camina hacia una de las pocas mesas vacías para guardarnos lugar. Volkan me habla sobre algo de nadar en Mar abierto y sentir el oleaje, pero de reojo me distraigo de sus palabras al ver a un sujeto de mayor tamaño y rango, hacer tropezar a Bekir a propósito y derramando la comida por el suelo.

¡Mira lo que hiciste! —Dice Volkan acercándose velozmente hacia el sujeto de gran tamaño. –Te vi empujando al chico, eres un infeliz, yo te voy a enseñar a no meterte con él.

El Aspirante de mayor rango sostiene a Volkan del cuello y forcejean mientras Bekir le da patadas en las piernas, provocando que ni si quiera haga el más mínimo gesto de dolor ante sus golpes.

Volkan es empujado lejos y queda tumbado en el suelo quejándose por el dolor. El hombre se alista para enfrentarse con los puños contra Bekir, quien intenta imitar torpemente la posición de las manos de su contrincante.

Veo pasar al Comandante por una de las ventanas del pasillo exterior y me apresuro a actuar para evitar así poner a Bekir en aprietos.

¡Basta! ¡Deténganse, basta! —Me posiciono entre ambos y al no poder mover al hombre, simplemente jalo a Bekir hacia detrás mío. –No podemos pelear entre nosotros, no vuelvas a provocar así a un Aspirante de menor rango. —Me dirijo a todos los Aspirantes de la fila y también los que ya se encontraban sentados comiendo. –¡Seremos Jenízaros un día! Más pronto que tarde nos encontraremos en el cargo de protección a nuestro Sultán y su familia en los alrededores el Palacio, y también en las guerras por conservar el territorio de enemigos lejanos, y debemos mantenernos unidos bajo la hermandad que consiste en ser Aspirantes, estamos todos unidos en esto, no somos enemigos, que la Fé de Alá le quite la venda de los ojos a Aspirantes torpes como tú. —Lo señalo. –Que solo quieren separarnos y perfectamente podrían ser llamados desleales y traidores al no permitir que todos nos preparemos como corresponde en este Regimiento.

–Bien dicho muchacho. —Dice una voz madura detrás nuestro.

Volteo a mirar la puerta y todos se abren formando un pasillo entre el Comandante y nosotros. Se acerca a paso lento y sosteniéndole la mirada al Aspirante enorme. Baja su mirada hasta mí y levanta las cejas.

Tus sabias palabras serán la condena de este Aspirante, llévenselo. —Le indica a los guardias.

Arrastrado y con gritos, se llevan al sujeto que molestaba a Bekir. Todos se quedan helados y petrificados al escuchar desaparecer su voz en el fondo del pasillo.

Señor, mi intención no fue causar problemas, solo quise evitar un enfrentamiento entre ellos. —Me disculpo.

No hables sin que yo te lo permita. —Me regaña. –Tenemos que hablar tú y yo, acompáñame.

Da media vuelta y regresa por el pasillo que venía. Camino tras de él seguido de dos guardias, siendo observado por todos en el salón. Volteo una última vez y alcanzo a cruzar miradas con Volkan y Bekir quienes me hacen gestos de preocupación.

Príncipe Mehmed. (Gay)Där berättelser lever. Upptäck nu