Capítulo 10

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En la clínica todas seguían con interés las palabras de Claudia. Natalia estaba cada vez más nerviosa. Por lo que escuchaba parecía que el incendio se había extendido y lo que era peor, que la prensa había llegado antes que los hombres de Isabel. Tenía que hablar seriamente con ella, "¿qué hacía pensando en eso ahora?", "¿cómo se le ocurría pensar en la prensa antes que en la gente?", se reprendió a sí misma, ya habría tiempo de declaraciones, lo importante es que todos estuviesen bien. Su móvil empezó a vibrar y antes de que diera la primera llamada ya lo había cogido.

- ¡Sonia! – exclamó - ¿qué ha pasado?

- ¡Nat! Hay un incendio... la chabola de Socorro... Alba está dentro – explicaba entrecortada al tiempo que miraba hacia las llamas y veía a sus compañeros correr hacia la chabola - la explosión..., no la vemos...

- ¿Cómo que está dentro? – dijo con voz ronca - ¡Sonia! ¡tranquilízate! – dijo en tono casi de súplica - dime qué está pasando.

- Tenedlo todo preparado – gritó como si Natalia no pudiese oírla – ¡dios! – exclamó asustada al ver que Sacha y Fernando levantaban unas chapas bajo las cuales apareció tumbada la enfermera.

- ¡Luego te llamo! – volvió a gritarle, y salió disparada hacia ellos.

- ¡Sonia! ¡Sonia! - llamó Natalia con desesperación, mirando el teléfono que había perdido la conexión. Levantó la vista, Claudia seguía hablando con Isabel, miró a Cruz y Teresa, ambas vieron el pánico reflejado en su rostro.

- ¿Qué pasa? – preguntó Teresa.

- Un incendio – dijo con rapidez – no me he enterado bien – continuó - ¡Claudia! – exclamó al verla colgar - ¿qué pasa?

- Isabel acaba de llegar al incendio, te llamará cuando sepa algo.

- Pero ¿qué te ha dicho de Alba? – preguntó sin disimular su angustia.

- ¿De Alba! nada – dijo con tranquilidad – me ha dicho que no te preocupes que ya estaban allí los bomberos y las ambulancias, que sus hombres habían acordonado la zona y que ella acababa de llegar, que te llamaría con la versión oficial para la prensa porque habían llegado antes que nadie.

- Pero Sonia dice que Alba... - empezó a hablar y se le quebró la voz, tenía que dominarse, notaba que el nudo que sentía en la garganta empezaba a provocarle un intenso dolor en el pecho, "respira", "respira", se dijo. Vio que Cruz se levantaba y se acercaba a ella – estoy bien Cruz – dijo con más aplomo – al parecer Alba estaba dentro de la chabola y ha habido una explosión – contó con agitación.

- ¡Ay, mi Alba! – exclamó Teresa, llevándose las manos a la cara.

- ¡Teresa! – le llamó la atención Cruz indicándole con los ojos que se controlase - Nat... - empezó Cruz preocupada por ella, se estaba poniendo pálida y la respiración empezaba a alterársele – tranquila.

- Si, si – dijo – estoy tranquila – tomó aire – estoy tranquila – volvió a inspirar con profundidad.

- Nat, no te preocupes – intervino Claudia, miró el reloj – vete a casa, que tienes que coger el avión.

- ¿Qué avión? – preguntó distraída.

- ¡Nat! – se extrañó Claudia.

- ¡Zurich! – cayó en la cuenta – no puedo ir, no puedo, la prensa se nos va a echar encima – respondió evasiva, necesitaba quedarse, no podía marcharse sin saber cómo estaba Alba, no podía – Cruz – miró a la cardióloga suplicante – ¿sigue en pie tu ofrecimiento?

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